Un estudio muestra estabilidad en el uso laboral tras la legalización, pero alerta sobre mayores riesgos de accidentes.
Toronto, Canadá – La legalización del cannabis recreativo en Canadá en octubre de 2018 no ha provocado un aumento en el consumo de esta sustancia durante las horas laborales, según un informe del Instituto para el Trabajo y la Salud (IWH, por sus siglas en inglés). Este análisis, basado en encuestas realizadas entre 2018 y 2021, aborda cómo los trabajadores han adaptado sus hábitos tras la regulación y las implicaciones para los empleadores.
El informe destaca que el uso de cannabis en el lugar de trabajo, definido como el consumo durante las horas laborales o en las dos horas previas, se mantuvo estable en un 10% antes y después de la legalización. Sin embargo, el consumo general entre los trabajadores aumentó significativamente: del 30% en 2018 al 45% en 2021. Asimismo, el uso diario o casi diario se duplicó, pasando del 7% al 14% durante el mismo período.
A pesar de la estabilidad en el uso laboral, el estudio revela que los trabajadores que consumen cannabis en el lugar de trabajo tienen un riesgo casi dos veces mayor de sufrir lesiones laborales en comparación con quienes no lo hacen. Por otro lado, el consumo de cannabis fuera del entorno laboral no está relacionado con un aumento en el riesgo de accidentes, lo que subraya la importancia de diferenciar entre ambos contextos.
Factores asociados al consumo en el trabajo
El análisis identifica varios factores que influyen en el consumo de cannabis en el lugar de trabajo:
- Trabajos con menor visibilidad para supervisores.
- Políticas laborales menos restrictivas respecto al consumo.
- Supervisores con menor capacidad para identificar signos de uso o deterioro.
Por el contrario, la capacitación de supervisores para detectar deterioro se asoció con una menor incidencia de consumo laboral.
Implicaciones para empleadores y formuladores de políticas
El informe insta a los empleadores a diseñar políticas más específicas, enfocadas en prevenir el deterioro funcional en lugar de imponer prohibiciones generales al uso de cannabis. Además, recomienda fomentar la educación de los trabajadores sobre los riesgos de consumo, especialmente en roles sensibles a la seguridad.
“Es crucial distinguir entre el consumo fuera del trabajo y el que ocurre en el lugar de trabajo para abordar eficazmente los riesgos de seguridad,” señala el estudio.
Limitaciones de las pruebas tradicionales
El análisis también cuestiona los métodos convencionales de detección de cannabis, como las pruebas de orina, que identifican metabolitos de THC semanas después del consumo sin evidenciar deterioro actual. Aunque las pruebas de sangre detectan THC activo, su precisión se ve limitada por la permanencia prolongada del compuesto en el organismo.
Organizaciones como NORML proponen pruebas basadas en desempeño, como DRUID o AlertMeter, para evaluar la capacidad funcional de los empleados en lugar de depender exclusivamente de la detección de metabolitos de THC. Además, algunos estados de Estados Unidos, como California y Nueva York, han prohibido el despido de empleados por resultados positivos en pruebas de THC, marcando un precedente para políticas más equilibradas.
El estudio del IWH demuestra que la legalización del cannabis recreativo no ha incrementado su consumo en horas laborales, pero alerta sobre los riesgos asociados al uso laboral en términos de seguridad. Este hallazgo refuerza la necesidad de un enfoque más matizado en las políticas laborales, que priorice la educación, la prevención del deterioro y la seguridad en el lugar de trabajo.