Por Nellie Torres de Carella, patóloga del habla y lenguaje
Directora, Instituto Fonemi de Puerto Rico
San Juan, Puerto Rico – La apraxia del habla infantil es un trastorno motor de los sonidos del habla que causa errores frecuentes e inconsistentes que afectan en forma significativa la inteligibilidad del mensaje expresado, que generalmente no se entiende. Los niños con apraxia del habla infantil (AHI) saben lo que quieren comunicar, pero presentan dificultad para coordinar los movimientos y la secuencia de los músculos orales necesarios para hablar.
La apraxia del habla infantil es secundaria a una disfunción neurológica en el área del cerebro relacionada con la planificación, coordinación y secuencia de los movimientos de la boca para hablar.
La AHI puede manifestarse en diversos niveles de severidad. ¿Cuáles son las características en un niño escolar? Los siguientes indicadores no tienen que estar presentes en todos los niños, ni presentarse con el mismo nivel de severidad.
Los maestros deben estar muy atentos a:
Desarrollo de lenguaje receptivo (comprensión) levemente afectado al compararlo con la severidad del problema expresivo, por lo cual entienden más de lo que puede expresar.
Habla ininteligible. Los padres usualmente sirven de intérpretes porque, generalmente, pocas personas logran entender a estos niños cuando hablan.
Inconsistencia en los errores, produciendo la misma palabra de diferentes formas cada vez que la repiten. Muestran mucha dificultad para repetir en forma correcta y consistentemente.
Mientras más larga es la palabra o verbalización, más errores cometen y menos se les entiende.
Recurren más a los gestos que a las palabras para hacerse entender.
Dificultad para aprender a leer.
Dificultad con la escritura, específicamente con la formación de las letras, porque tal destreza requiere un buen planeo motor a nivel motor fino.
Dificultad para formular oraciones completas que se entiendan.
Suelen presentar pobre vocabulario.
Dificultad con el procesamiento auditivo, lo cual afecta la percepción y autocorrección de su habla, además de frecuentemente afectar la atención y la comprensión.
Los niños con apraxia severa se benefician de un sistema de comunicación alterno, mientras se trabaja con el desarrollo de la comunicación verbal, como el PECS o cualquier otro sistema que los ayude a comunicarse.
La apraxia del habla infantil es tratable; responde a un tratamiento especializado diseñado luego de una evaluación administrada por un patólogo del habla y lenguaje con especialidad en esta área. En el Instituto Fonemi de Puerto Rico hemos diseñado una evaluación y un protocolo terapéutico muy efectivo, basados en evidencia, ambos especializados para este diagnóstico.
Durante el proceso terapéutico contamos con la colaboración de los maestros, con lo siguiente:
No exponga al estudiante a hablar frente al salón de clases, esto lo colocaría en una posición vulnerable y afectaría su autoestima.
Aunque presente dificultad para leer y contestar exámenes, la alternativa de proveerle los exámenes oralmente no es beneficiosa, en adición a que no necesariamente usted va a entender la contestación. Una alternativa más efectiva sería realizarle las preguntas y que se le den alternativas de imágenes dentro de las cuales él deba seleccionar la correcta. Los niños con AHI pueden aprender a leer y a escribir según mejora su habla, pero requieren un programa especializado. Nuestro protocolo incluye trabajar con estas destrezas con un programa especializado para desarrollar la lectura que hemos diseñado para estos niños.
Si el estudiante con AHI está intentando comunicarle algo y no logra entenderlo, provéale alternativas, dígale que señale algo relacionado o le haga un gesto. Actúe lo más natural posible, no muestre impaciencia ni ansiedad.
El niño podría presentar conductas inapropiadas tratando de llamar la atención o por la frustración de no poder comunicarse. Refuerce cada conducta adecuada. Reafírmele su compromiso con ayudarlo, pero sea firme en que debe utilizar otra forma de llamar la atención en forma positiva. Si tiene un comunicador, estimúlelo a usarlo. Un referido a un psicólogo es recomendable para ayudarlo a manejar la frustración.
Hablarle en un volumen de voz más alto no ayuda; la apraxia no causa pérdida auditiva.
La AHI no implica que sufren de discapacidad intelectual y no pueden aprender. Estos niños pueden tener un cociente de inteligencia promedio o sobre el promedio. Su dificultad para aprender es causada por este diagnóstico, pero según mejora su habla y con el uso de acomodos y acercamientos educativos dirigidos a ellos, pueden aumentar su ejecución en el salón de clases.
Esté alerta a que pueda ser foco de acoso o “bullying” y deténgalo inmediatamente. Háblele al grupo sobre la AHI, dando énfasis a que ellos solo son diferentes, como todos lo somos de alguna manera, pero que también son muy luchadores porque están batallando con la dificultad para comunicarse. Involucre al grupo en alternativas para ayudarlo, como las que se indicaron previamente con el uso de gestos, alternativas para señalar imágenes o el uso de un comunicador.
Entusiasme al niño a comunicarse verbalmente, aunque no se le entienda mucho. Es necesario evitar que se sienta cohibido y opte por no hablar y aislarse.
Procure encontrar áreas o destrezas en las que el estudiante no muestre dificultad, como podrían ser las artes, el uso de la tecnología, o cualquier otra área de fortaleza. Pregunte a los padres sobre esas áreas e introdúzcalas dentro del salón de clases. Eso le ayudará en su autoestima y hará un balance con los retos que presenta con el aprendizaje.
Si usted entiende que hay en el salón otro estudiante con características similares y que, a pesar de llevar años en terapia del habla, aún no se le entiende mucho cuando habla, podría tener apraxia. El primer paso para ayudarlo es referirlo para una evaluación. De confirmarse el diagnóstico, podrá comenzar nuestro tratamiento para AHI. Usted es clave en esa detección dentro del salón de clases y en que ese estudiante reciba eventualmente el tratamiento adecuado.