Un estudio nacional revela que más del 10 % de los veteranos de 65 años o más usa cannabis actualmente, en su mayoría para tratar el dolor, el insomnio o la salud mental
En el marco del Día de la Recordación (Memorial Day), una fecha en la que Estados Unidos recuerda a sus veteranos caídos, nuevos datos aportan una mirada relevante sobre los veteranos vivos de edad avanzada y su relación con el cannabis.
Según una investigación publicada el 14 de mayo en JAMA Network Open, el uso de cannabis entre adultos mayores que reciben atención en la Veterans Health Administration (VHA) es más común de lo que hasta ahora se había documentado.
El estudio analizó a 4,503 veteranos de entre 65 y 84 años, entrevistados entre 2020 y 2023. De ellos, el 58.2 % había usado cannabis alguna vez en su vida, y un 10.3 % reportó uso en los 30 días previos a la entrevista. Entre quienes consumieron cannabis recientemente, más de la mitad lo hizo en 20 días o más durante el último mes.
El uso con fines médicos está ampliamente representado: el 28.9 % de quienes usaron cannabis alguna vez dijeron haberlo hecho por motivos de salud. Las razones más frecuentes fueron el manejo del dolor (56.4 %), trastornos del estado de ánimo o salud mental (18.4 %) e insomnio (16.0 %). El cannabis inhalado fue la forma más común (72.4 %), seguida por los comestibles (36.9 %).
El estudio también examinó la prevalencia del trastorno por consumo de cannabis (CUD, por sus siglas en inglés), definido como cumplir con al menos dos criterios del manual DSM-5. Entre quienes usaron cannabis en el último mes, el 36.3 % cumplía con esa definición. La probabilidad de presentar CUD fue mayor entre quienes usaban cannabis de forma frecuente, quienes reportaron ansiedad, o quienes consumían por vía inhalada. También fue más baja entre quienes reportaron haber usado cannabis exclusivamente con fines médicos.
Otro hallazgo relevante: los veteranos que viven en estados donde el cannabis recreativo es legal tuvieron más probabilidades de reportar uso reciente. También lo hicieron más frecuentemente quienes enfrentaban dificultades económicas o habían usado otras sustancias como tabaco o alcohol.
Los autores concluyen que el uso de cannabis en esta población “fue común” y que los factores de riesgo asociados son similares a los observados en otros grupos. Recomiendan que el sistema de salud para veteranos incorpore preguntas de rutina sobre consumo de cannabis, como parte de los cuidados integrales a adultos mayores.
Este estudio ofrece una radiografía valiosa sobre una población históricamente menos visible en la conversación sobre cannabis: los adultos mayores y, en particular, los veteranos. En un país donde el cannabis continúa ganando terreno en términos de aceptación y legalización, los datos confirman que su uso entre personas mayores no es marginal ni anecdótico, sino parte de una realidad cambiante que merece atención clínica y social informada.