La investigación confirma que el uso frecuente de cannabis no se vincula de forma significativa con eventos cardíacos, aunque se observan asociaciones con depresión y asma
Un estudio de gran escala publicado en AJPM Focus aporta nueva evidencia de que el consumo regular de cannabis no supone un aumento significativo del riesgo de sufrir un infarto de miocardio.
La investigación, desarrollada por un equipo de la Universidad de Oklahoma, analizó datos de 729,240 adultosencuestados entre 2016 y 2022 por el Behavioral Risk Factor Surveillance System en Estados Unidos. Se compararon personas que declararon consumir cannabis al menos cuatro días al mes con aquellas que no lo consumían o lo usaban de forma esporádica.
En los análisis iniciales sin ajustar, los consumidores frecuentes de cannabis mostraron incluso una menor prevalencia de infarto de miocardio frente a los no consumidores. Tras controlar factores de confusión como edad, tabaquismo, condiciones médicas preexistentes y hábitos de salud, la asociación dejó de ser significativa en la mayoría de los subgrupos. Según los autores, estos resultados “parecen apoyar estudios previos que no encontraron relación entre el uso de cannabis y eventos cardíacos graves”.
En contraste, el estudio identificó una relación estadísticamente significativa entre el consumo habitual de cannabis y antecedentes de depresión. No obstante, los investigadores aclararon que esta asociación no implica necesariamente causalidad, ya que no se puede determinar si el uso de cannabis precedió al diagnóstico de depresión o si fue posterior.
En el caso del asma, los consumidores mostraron un riesgo ligeramente mayor, pero las diferencias no fueron uniformes en todos los grupos demográficos.
Estos hallazgos cobran relevancia en un contexto donde el uso de cannabis se ha incrementado, especialmente entre jóvenes y minorías sexuales y raciales. Para el profesor Sixia Chen, coautor del estudio, “los datos refuerzan la necesidad de políticas de salud pública basadas en evidencia, que informen con objetividad sobre beneficios y riesgos sin recurrir a estigmas”.
Un análisis de más de 60 estudios anteriores también concluyó que el cannabis “no parece asociarse de manera independiente con un exceso de riesgo cardiovascular”. Este nuevo trabajo respalda esa percepción, ofreciendo tranquilidad a los consumidores habituales que temen por su salud cardíaca.
No obstante, los investigadores recomiendan prudencia y más estudios longitudinales que permitan aclarar en qué medida el consumo de cannabis podría relacionarse con otros indicadores de salud física y mental.
