El proyecto de ley HB 1200 avanza hacia el Senado, aunque enfrenta resistencia republicana y críticas al modelo estatal
El martes 6 de mayo de 2025, la Cámara de Representantes de Pensilvania aprobó el proyecto de ley HB 1200, una medida que legalizaría el cannabis de uso adulto para mayores de 21 años. Con una votación ajustada de 102 a 101, la iniciativa avanzó únicamente con el respaldo del Partido Demócrata, mientras que todos los legisladores republicanos votaron en contra.
La propuesta fue introducida apenas dos días antes, el 4 de mayo, y avanzó rápidamente desde el Comité de Salud de la Cámara. El siguiente paso legislativo será otra ronda de votación en la Cámara, y si vuelve a ser aprobada, el proyecto pasará al Senado estatal, dominado actualmente por una mayoría republicana.
El HB 1200 establece un modelo de ventas a través de tiendas operadas por el estado, bajo la supervisión de la Junta de Control de Licores. Las ventas al por menor tendrían un impuesto del 12%, aunque otras áreas del mercado —como la producción, el procesamiento, el transporte y los sitios de consumo— podrían estar en manos privadas. Asimismo, se permitiría el cultivo doméstico, pero solo con un permiso anual de $100.
Una de las disposiciones más notables del proyecto es la imposición de límites de concentración de THC tanto en productos comestibles como en flores de cannabis. Durante la audiencia del 5 de mayo, la representante Charity Grimm Krupa expresó su rechazo tanto al contenido como al proceso acelerado del proyecto, señalando que estaba “consternada por la manera en que se está imponiendo en el comité y la legislatura”.
El modelo de monopolio estatal ha generado fuertes críticas. NORML advirtió que, al obligar a una agencia estatal a participar directamente en actividades que aún son ilegales a nivel federal, Pensilvania podría exponerse a demandas y conflictos legales. “Este modelo hace que el estado y sus empleados sean vulnerables a litigios y, en última instancia, a la preeminencia del gobierno federal”, indicó la organización en una alerta legislativa.
A pesar de estas objeciones, el respaldo ciudadano a la legalización del cannabis es amplio. Según una encuesta de Change Research, el 68% de los votantes de Pensilvania apoyan la legalización, incluyendo un 85% de demócratas, un 62% de independientes y un 53% de republicanos. El apoyo es sólido en todos los grupos de edad y regiones del estado, alcanzando el 78% entre los jóvenes de 18 a 34 años, y cifras cercanas al 70% incluso entre personas mayores de 65.
Geográficamente, Filadelfia lidera con un 79% de apoyo, seguida por el condado de Allegheny con un 74%. Incluso en el centro del estado, más conservador, el respaldo supera el 60%. “El apoyo público a la legalización del cannabis de uso adulto no es partidista ni regional”, afirmó Brittany Crampsie, portavoz de Responsible PA. “La legislatura debe actuar ahora. Otros estados ya han legalizado de manera segura y han visto beneficios fiscales sustanciales”.
Un estudio reciente estimó que la legalización podría generar más de mil millones de dólares en ingresos fiscales para el estado en un período de cinco años. El gobernador Josh Shapiro ha manifestado su apoyo al cannabis de uso adulto e incluyó su legalización en su propuesta presupuestaria de febrero, con un impuesto del 20%.
Con el HB 1200 aún pendiente de aprobación, el futuro del cannabis legal en Pensilvania dependerá en gran parte de las decisiones del Senado estatal. De lograr su implementación, el estado se uniría a la creciente lista de jurisdicciones estadounidenses que han adoptado políticas de legalización del cannabis.