El camino de cada estado hacia la legalización es diferente. El viaje de Delaware tuvo más de un bache en el camino, incluido el veto del Gobernador a un proyecto de ley de legalización el año pasado.
Aunque hay que celebrar la tan esperada derogación de la prohibición en el Primer Estado, tiene un coste continuado para todos aquellos cuyas vidas se han visto descarriladas por décadas de criminalización del cannabis.
A pesar del duro trabajo de los defensores de la justicia y de la reforma de la política de drogas, la Asamblea General optó en última instancia por un programa de legalización que tiene más que ver con las ganancias económicas que con las personas.
A principios de este año, Last Prisoner Project presentó un testimonio a la Asamblea General sobre la importancia crítica de incluir en la legislación de legalización el alivio retroactivo para las personas criminalizadas por cannabis. El alivio retroactivo incluye dos políticas principales:
Eliminación automática de antecedentes penales para las personas con antecedentes por cannabis que impiden su capacidad para seguir adelante con sus vidas, y
Resentencia iniciada por el Estado, para las personas actualmente encarceladas o bajo supervisión por casos relacionados con el cannabis.
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Desafortunadamente, mientras que HB 2 contempla algunos fondos para «ayudar con la restauración de los derechos civiles y la eliminación de los antecedentes penales», los legisladores no incluyeron una vía para asegurar cualquiera de los resultados.
La nueva ley no borrará automáticamente los antecedentes penales por cannabis que ahora son legales, ni ofrecerá oportunidades de excarcelación o resentencia a quienes sigan siendo castigados por sentencias penales por cannabis.
La sorprendente ausencia de estas disposiciones hace que el paquete de legalización de Delaware sea un caso atípico no sólo entre sus estados vecinos, sino también a nivel nacional. En 2021 y 2022, todos los estados que legalizaron el cannabis de uso adulto incluyeron la eliminación automática de antecedentes: Nuevo México, Virginia, Nueva York, Connecticut, Rhode Island, Missouri y Maryland. Y más de la mitad de ellos también incluyeron una disposición de resentencia o liberación: Nuevo México, Nueva York, Misuri y Maryland.
La implantación de un mercado comercial para el cannabis es sólo una parte de la legalización: la verdadera legalización debe reparar los daños de la prohibición, en lugar de limitarse a crear una nueva forma de riqueza para determinados grupos. Que Delaware se convierta en el 22º estado en legalizar el cannabis representa sin duda un avance, pero no justicia.
Esperamos que Delaware se tome en serio su deuda con las víctimas de su fallida era de prohibición en un futuro próximo.
