La nueva adaptación honra la esencia de la original mientras actualiza su mirada sobre la familia, la pérdida y la cultura hawaiana
SAN JUAN — La esperada versión “live-action” de Lilo & Stitch ha aterrizado con fuerza en las salas de cine, ofreciendo una reinterpretación conmovedora y técnicamente impecable de uno de los clásicos más entrañables de Disney. Con un balance cuidadoso entre nostalgia y renovación, la película mantiene el corazón de su historia original mientras expande su dimensión emocional y cultural.
En esta nueva adaptación, la dinámica entre Lilo y su hermana Nani sigue siendo el eje central: dos jóvenes enfrentando la pérdida de sus padres, mientras una criatura alienígena irrumpe en sus vidas para alterarlo todo. Lo que a simple vista parece una fantasía infantil, se convierte en un relato profundo sobre pertenencia, identidad y el poder de la familia elegida.
Stitch cobra vida: entre tecnología y ternura
Uno de los desafíos más grandes del proyecto fue trasladar a Stitch del mundo animado a un entorno realista sin perder su esencia. Gracias a una meticulosa labor del equipo de efectos visuales, en colaboración con Chris Sanders —creador y voz original del personaje—, el icónico alienígena luce creíble, expresivo y entrañable.
“Queríamos que Stitch se sintiera tangible, que tuviera peso físico pero también emocional”, comentó el productor Jonathan Eirich. Y lo lograron: el Stitch digital mantiene su energía caótica y su ternura desbordante, en una versión que encaja con naturalidad en el nuevo universo de la película.
Actuaciones que emocionan
La pequeña Maia Kealoha debuta con fuerza en el papel de Lilo, logrando una interpretación sincera y conmovedora. A su lado, Sydney Elizebeth Agudong —nacida y criada en Kauai— interpreta a Nani con un equilibrio entre vulnerabilidad y fortaleza, retratando las tensiones de una joven que debe asumir un rol maternal antes de tiempo.
“La relación entre Nani y Lilo es el corazón de la película”, indicó el director Dean Fleischer Camp. “Queríamos que cada emoción se sintiera real, anclada en experiencias humanas universales”.
El elenco se enriquece con caras nuevas y conocidas. Amy Hill, Tia Carrere y Jason Scott Lee interpretan a figuras clave en el entorno de los Pelekai, en un gesto que conecta la versión actual con la original de 2002. Los roles de Jumba y Pleakley, a cargo de Zach Galifianakis y Billy Magnussen, aportan el toque de humor necesario sin desentonar con el tono general.
Rodada íntegramente en O’ahu, la película pone especial énfasis en representar fielmente la cultura hawaiana. Desde el idioma hasta las tradiciones locales como el hula, los lūʻaus o la vida comunitaria, cada elemento fue trabajado con sensibilidad, gracias a la participación de consultores culturales.
“Capturar el espíritu de Hawai iba más allá del paisaje; queríamos reflejar su alma”, afirmó Eirich. Este compromiso se traduce en una ambientación rica y creíble, que refuerza el mensaje de la película sobre comunidad y pertenencia.
La nueva Lilo & Stitch no es solo un ejercicio de nostalgia. Es una versión actualizada, con nuevos matices y un enfoque más maduro, que sabe conectar con una generación nueva sin traicionar a la anterior. Más allá de sus logros técnicos, lo que permanece es el poderoso recordatorio de que “ohana” significa familia, y que la familia nunca te abandona ni te olvida.
La película ya se exhibe en salas de cine en todo Puerto Rico.