Un metaanálisis de más de 10 mil estudios valida el uso del cannabis en oncología, tanto para aliviar síntomas como por su potencial efecto antitumoral
Una nueva revisión sistemática publicada el 15 de abril de 2025 en Frontiers in Oncology acaba de sacudir el campo de la medicina oncológica: el cannabis medicinal no solo sirve para aliviar los efectos secundarios del cáncer y sus tratamientos, sino que también podría tener propiedades anticarcinogénicas.
Este metaanálisis, dirigido por Ryan D. Castle y su equipo del Whole Health Oncology Institute (Hawái), en colaboración con la Chopra Foundation, revisó 10,641 estudios científicos seleccionados tras aplicar filtros estrictos sobre calidad metodológica y relevancia. El conjunto de datos analizados incluye 39,767 ocurrencias de términos clave asociados al cannabis medicinal y su relación con diferentes aspectos del cáncer.
Resultados clave: un consenso abrumador
El análisis utilizó técnicas de procesamiento de lenguaje natural y análisis de sentimientos para clasificar las conclusiones de cada estudio como “apoyo”, “no apoyo” o “incierto”. Los hallazgos son claros:
- 71,4 % de los estudios mostraron una orientación predominantemente favorable al cannabis medicinal.
- El respaldo al cannabis fue 31,38 veces más fuerte que el rechazo, y 36,79 veces más fuerte que las conclusiones inciertas.
- El estudio confirma un fuerte consenso sobre el cannabis como agente terapéutico en categorías como manejo del dolor, náuseas, apetito, inflamación, y como coadyuvante en quimioterapia.
En cuanto a los efectos anticarcinógenos, los autores encontraron una correlación positiva “estadísticamente significativa” entre cannabis y términos como anticancerígeno, apoptosis celular, reducción de metástasis, y inhibición del crecimiento tumoral.
“Los resultados sugieren que el cannabis debe ser reevaluado dentro de los marcos médicos y legales como una opción legítima de tratamiento”, concluye el estudio.
Cannabis vs. síntomas del cáncer
El análisis mostró resultados contundentes en el uso del cannabis como tratamiento paliativo:
- Dolor: fue el tema con mayor respaldo. El cannabis mostró una correlación positiva 212 % más alta que las opiniones contrarias.
- Náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia: fuerte tendencia favorable, con un 70 % más estudios que reportaron beneficios frente a los que no.
- Apetito: el respaldo superó por más del 90 % a las opiniones negativas, confirmando su efectividad en pacientes con caquexia.
- Inflamación: las menciones a efectos antiinflamatorios del cannabis fueron consistentes y sin presencia de evidencia significativa en contra.
Un reto para la regulación
A pesar de los resultados, el estudio reconoce barreras históricas: la clasificación del cannabis como sustancia controlada ha limitado la financiación, el acceso a productos estandarizados y la posibilidad de realizar ensayos clínicos rigurosos. Además, muchos estudios revisados se basan en datos observacionales o reportes de pacientes, lo que si bien aporta valor, exige más investigación clínica formal.
¿Y los riesgos?
El metaanálisis también examinó los efectos adversos. Menos del 5 % de los estudios reportaron reacciones negativas serias, y en su mayoría fueron casos aislados de paranoia o nerviosismo. La comparación con tratamientos tradicionales, como opioides, fue favorable al cannabis en términos de perfil de seguridad.
Este estudio representa un punto de inflexión. No solo por su alcance —uno de los más amplios hasta ahora— sino por la claridad de sus conclusiones. En un momento donde los sistemas de salud buscan terapias menos invasivas y más integradoras, la ciencia confirma lo que muchos pacientes ya sabían: el cannabis no es una alternativa. Es parte de la solución.