Regulaciones más estrictas y falta de laboratorios limitan la disponibilidad de la flor de cannabis medicinal
Por José E. Maldonado Marrero
Revista Crónicas
SAN JUAN, Puerto Rico – La disponibilidad de la flor de cannabis medicinal en Puerto Rico se ha visto afectada por regulaciones más estrictas y la reducción en la cantidad de laboratorios que certifican su calidad. Aunque algunos dispensarios han reportado dificultades para conseguir producto, no se trata de una escasez real, según Héctor Vargas, vicepresidente de ventas de Best Buds.
“No existe una sequía actual en Puerto Rico”, afirmó Vargas. “Lo que está sucediendo es que los parámetros de certificación y análisis están siendo más estrictos en la flor de cannabis que sale al mercado. Muchos cultivos, lo más probable, no están pasando sus pruebas de laboratorio”, explicó.
Impacto en dispensarios independientes
El acceso a la flor se ha vuelto más difícil para los dispensarios independientes, que dependen de la compra a terceros para abastecerse. “Se está creando una escasez—y digo ‘escasez’ entre comillas—porque hay cultivos verticales que siguen sacando sus flores, pero ya están vendidas”, indicó Vargas.
Las empresas con operaciones verticales han logrado mantener un suministro estable, pero los dispensarios independientes enfrentan mayores dificultades. “Nosotros, como vertical, seguimos pensando en los dispensarios independientes y les alocamos flor semanalmente para que puedan subsistir”, aseguró.
Cuello de botella en los laboratorios
Otro factor clave en la disponibilidad de la flor es la reducción en la cantidad de laboratorios operativos en la isla. “Inicialmente teníamos tres laboratorios en Puerto Rico, pero se cerraron dos y ahora solo queda uno”, explicó Vargas.
La capacidad limitada del laboratorio ha generado retrasos en la certificación del producto. “Todos los manufactureros y cultivos tienen que pasar sus pruebas por un solo laboratorio, lo que crea un embudo”, señaló.
Además, cuando un lote de flor no pasa las pruebas de laboratorio, su liberación al mercado se retrasa aún más. “Si un cultivo no pasa, el laboratorio tiene que notificar al Departamento de Salud antes de que el manufacturero decida qué hacer con el producto”, detalló Vargas.
Ante este panorama, tanto los pacientes como los integrantes de la industria del cannabis medicinal en Puerto Rico pueden compartir sus experiencias y opiniones sobre cómo estos cambios los han afectado.
¿Cómo ha impactado esta situación su acceso a la flor de cannabis medicinal? ¿Qué medidas consideran necesarias para mejorar la disponibilidad del producto en la isla? Los invitamos a compartir sus comentarios y testimonios.