Nuevos estudios destacan el potencial de los psicodélicos para tratar problemas de salud mental
NUEVA YORK — Un par de estudios recientes realizados por investigadores de NYU Langone Health han revelado que una o dos dosis de psilocibina, un compuesto presente en los hongos alucinógenos, acompañadas de psicoterapia, pueden mejorar significativamente la salud mental en pacientes con cáncer y aquellos que padecen trastorno por consumo de alcohol.
El primer estudio, publicado en Nature Mental Health, indica que la psilocibina puede reducir de manera efectiva la ansiedad, la depresión, los pensamientos obsesivos y otros síntomas psicológicos en pacientes con cáncer. Los beneficios, según los investigadores, pueden extenderse hasta por seis meses.
“Nuestros hallazgos sugieren que los beneficios de la terapia con psilocibina para pacientes con cáncer podrían ir mucho más allá de lo que entendíamos previamente”, explicó el Dr. Petros Petridis, autor principal del estudio y profesor asistente clínico en el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina Grossman de NYU.
El segundo estudio, publicado en The American Journal of Psychiatry, se centró en personas con trastorno por consumo de alcohol y encontró cambios positivos duraderos en la personalidad. Según el Dr. Broc Pagni, autor principal del informe, la terapia ayudó a los pacientes a ser menos impulsivos y más receptivos a sus emociones, lo cual podría ayudar a prevenir recaídas.
Resultados de los estudios
En el estudio sobre cáncer, se analizaron datos de 79 pacientes que participaron en ensayos clínicos previos. A la mitad se les administró una dosis alta de psilocibina, mientras que el resto recibió un placebo. Cada sesión incluyó psicoterapia antes y después de la administración del medicamento. Los resultados mostraron mejoras significativas en el bienestar emocional seis meses después de la última dosis.
En el estudio sobre el consumo de alcohol, participaron 83 personas que recibieron psilocibina o un placebo en dos sesiones. Los cambios en la personalidad, como la disminución de la impulsividad y el aumento de la apertura emocional, se observaron hasta siete meses después de la segunda dosis.
Aunque la psilocibina mostró beneficios prometedores, los investigadores advirtieron que su uso debe limitarse a entornos controlados con supervisión médica. El compuesto, que altera la percepción y las emociones, puede causar efectos psicológicos intensos si no se maneja adecuadamente.
El Dr. Michael Bogenschutz, director del Centro de Medicina Psicodélica de NYU, destacó la importancia de seguir investigando. Entre los próximos pasos está explorar si estos efectos pueden replicarse en pacientes con trastorno por consumo de opioides.
Estos estudios refuerzan la creciente evidencia de que los psicodélicos, cuando se administran de manera segura, pueden ser herramientas valiosas en el tratamiento de problemas de salud mental complejos.
Los estudios fueron financiados por instituciones como el Instituto Nacional de Salud de EE. UU., la Fundación Heffter y otras organizaciones filantrópicas. Entre los autores destacan investigadores de NYU, Yale, Johns Hopkins y otras universidades de renombre.