Pérdidas económicas, riesgos de salud y desafíos regulatorios afectan a los operadores mientras las llamas avanzan
Esta semana, los incendios forestales en el sur de California están poniendo en peligro no solo a comunidades enteras, sino también a una industria del cannabis ya marcada por desafíos económicos y regulatorios. Las llamas han consumido más de 15,000 acres en áreas como Pacific Palisades, Eaton, Hurst y Woodley, forzando evacuaciones masivas y afectando directamente a productores, minoristas y trabajadores del sector.
Pérdidas exponenciales y seguro insuficiente
El impacto financiero para los operadores de cannabis ha sido devastador. Según Jerred Kiloh, presidente de la United Cannabis Business Association (UCBA), quien habló con Green Market Report, las empresas del sector enfrentan “pérdidas exponenciales” debido a opciones de seguro limitadas y primas prohibitivas.
“El seguro contra incendios rara vez está incluido en los planes comerciales”, afirmó Kiloh. “Con los costos actuales, muchas empresas han reducido su cobertura solo para mantenerse operativas, lo que las deja vulnerables frente a desastres como este”.
Además, incluso los cultivos en interiores en áreas como Sun Valley y Van Nuys enfrentan riesgos debido a la posible infiltración de humo a través de sistemas de ventilación diseñados para controlar olores, no partículas contaminantes. Esta contaminación podría afectar la calidad de los cultivos, recordando los incendios de 2017 en el norte de California, cuando algunos productos se depreciaron significativamente debido al olor a humo.
Desafíos de salud y regulaciones laborales
Mientras el humo de los incendios cubre gran parte de la región, las regulaciones de Cal/OSHA exigen que los empleadores en el sector cannabis protejan a sus trabajadores contra la exposición. Esto incluye proporcionar equipos de protección personal, como mascarillas N95, y monitorear constantemente la calidad del aire.
Estas medidas representan un desafío logístico y financiero adicional, especialmente para las operaciones al aire libre, donde garantizar el cumplimiento normativo y la seguridad de los trabajadores es particularmente difícil bajo condiciones de humo intenso.
Medidas de alivio por desastres
El Departamento de Control de Cannabis de California (DCC) ha implementado iniciativas de alivio para los licenciatarios afectados por los incendios. Entre ellas, se permite la evacuación de productos de cannabis sin autorización previa en caso de amenaza inmediata, lo que facilita la respuesta ante emergencias.
Más información sobre estas medidas está disponible en el sitio web del DCC (cannabis.ca.gov/resources/disaster-relief-programs) o a través del correo DisasterRelief@cannabis.ca.gov.
La Asociación de la Industria del Cannabis de California (CCIA) también expresó su “profunda preocupación” por los impactos a corto y largo plazo en las empresas y sus empleados, destacando que continuará abogando por políticas de apoyo y resiliencia. En un comunicado, la organización instó a la comunidad a mantenerse unida: “A nuestra comunidad: manténganse seguros y fuertes. Estamos juntos en esto”.
Riesgos logísticos y de seguridad
La evacuación y el traslado de productos presentan riesgos adicionales. Debido a que gran parte del comercio de cannabis opera en efectivo y los productos no están completamente asegurados, los saqueos son una preocupación real para los operadores que deben abandonar sus instalaciones.
“No solo estamos lidiando con la pérdida de productos y efectivo, sino también con el riesgo de que nuestras instalaciones queden desprotegidas”, señaló Kiloh.
Un panorama incierto para la industria
La combinación de pérdidas económicas, riesgos de seguridad, regulaciones laborales y desafíos logísticos está ejerciendo una presión significativa sobre la industria del cannabis en California. Los incendios no solo amenazan los cultivos y las operaciones, sino que ponen en evidencia las vulnerabilidades de un sector que ya enfrenta obstáculos estructurales.
A medida que la situación continúa evolucionando, será crucial que las autoridades, asociaciones y operadores trabajen juntos para mitigar los impactos de esta crisis y garantizar la resiliencia de una industria esencial para la economía estatal.