La educación y los servicios al paciente están en el ‘wishlist’ del 2025
Por Amanda Díaz de Hoyo
Con Cannas
¿Qué nos depara el año 2025? Me encantaría echar la baraja, buscar la bola de cristal y ver qué ruta lleva el mundo del cannabis medicinal para el año que recién comenzó con una precisión impecable.
Claro, no es posible ni con Nostradamus como guía. Vivimos en un mundo complejo, polarizado a más no poder por el egocentrismo limitante que no nos permite el crecimiento intelectual aparente. Así recibimos este año. Analizando esto, me voy en un trip retrospectivo que me hizo recordar una conversación efímera en la oficina de mi dentista.
Allí, un paciente opinó sin fundamento ni conocimiento directo sobre el cannabis medicinal. Inhalé, exhalé y escuché sus planteamientos, viendo cómo todo se fundamentaba en anécdotas escuchadas en sus tiempos de juventud.
Era como releer Doce cuentos peregrinos de Gabriel García Márquez desde el punto del cannabis callejero y con bajón de un gummy. Sufrí escuchando, pero también me di cuenta de cuánto nos falta por avanzar como sociedad, y ahí puede estar una de esas tendencias que vamos a estar viendo en este y los próximos años. Luego de su alocución sobre el tema, no pude más con el señor y le comenté que era paciente de cannabis y que difería de sus comentarios.
Además, le mencioné que, sobre el tema del cannabis en particular, es mejor educarse para evitar confusiones. Uno de los métodos, claro está, y que sugerí, fue que revisara la revista Crónicas.
Me llamó la atención que el caballero, que habló tanto sobre el cannabis, al preguntarle si lo usaría, se rehusó con vehemencia. El caballero estaba convencido de que el cannabis medicinal era como el cannabis callejero de su juventud: de calidad cuestionable, de uso desmesurado, sin aplicación científica ni regulación posible. Le comenté que esto dista de la realidad del cannabis de este siglo. Cada vez hay más estudios para fundamentar y analizar esta sustancia con sus respectivos beneficios terapéuticos y para tratar diferentes condiciones.
Del mismo modo, se evalúan las diferentes maneras de consumo que tenemos los pacientes y cuál se adapta mejor conforme a nuestra necesidad.
Luego de explicarle a grosso modo lo que significa la microdosis, el caballero no volvió a tocar el tema del cannabis medicinal y, gracias al cielo, me tocó mi turno con mi dentista. Adelante, que la educación se mantendrá como tendencia ante un mundo de desinformación.
Y si el ejemplo de quien habla sin conocimiento es válido, me topo con una imagen que pulula por las redes, en la que se anuncia en inglés la venta de marinara medicinal. ¿Ardid publicitario o error de redacción? Al menos llama la atención y me suena interesante como “edible”.
Volvemos a recalcar la educación…
¿Y qué más veremos? Según statista.com, el mercado proyecta alcanzar ganancias de $21.04 billones para el 2025, con una tasa anual de crecimiento del 1.65 %. Los EE. UU. tendrán ganancias proyectadas que rondan los $14,970.00 millones este año.
El mercado del cannabis medicinal lleva un crecimiento rápido, pues son muchos los pacientes que encuentran en el cannabis una opción de tratamiento para varias condiciones de salud. A esto, añado que es un éxito como terapia complementaria, en mi caso personal, en coordinación con las sugerencias médicas. Las tendencias en el mercado relacionadas con la legalización y la despenalización han impactado de forma positiva este sector.
Canadá y muchos estados de los Estados Unidos tienen una estructura legal establecida para el uso de cannabis que aumenta el crecimiento del sector.
En Europa, Alemania y los Países Bajos también han legalizado el cannabis medicinal, mientras que en América Latina, países como Colombia y Uruguay emergen como lugares claves para el mercado por su clima idóneo para su cultivo. Han establecido regulaciones para el cultivo y la exportación de productos de medicina cannábica, lo que crea una expansión en el mercado y en las oportunidades laborales.
Además, ha aumentado la investigación y se desarrollan actividades que promueven la diversificación e innovación en cuanto a productos se refiere. Aparte del mercado, existe una creciente conciencia sobre los beneficios terapéuticos del cannabis medicinal, y las preferencias del consumidor son las que moldean las regulaciones y establecen la dinámica de este sector a nivel mundial.
¿Y Puerto Rico qué?
El paciente puertorriqueño encuentra en el cannabis, según esta misma fuente, una alternativa holística para manejar diferentes condiciones de salud. El cambio a los remedios naturales y una mayor conciencia sobre el potencial terapéutico han sido claves en la demanda de productos cannábicos. Los pacientes buscan opciones personalizadas y usan diferentes modos de consumo.
Se espera que el mercado local logre alcanzar cerca de $269.80 millones.
Sin embargo, los pacientes requieren que el Departamento de Salud preste mayor atención a las plataformas y licencias que recibimos. Una licencia física, como la que se estableció al principio de la legalización del cannabis medicinal, se dejó de ver hace tiempo. La aplicación con la licencia también, y nos complica la entrada a los dispensarios. Le recordamos al gobierno que pagamos por esta licencia.
Además, la orientación debe ser mayor con actividades que fomenten el conocimiento sobre esta medicina. Ojalá lo veamos este año.