Por Javi Díaz
Gerente de Desarrollo de Cannalytics Bioscience Labs
En los laboratorios analíticos de cannabis medicinal en Puerto Rico, la cromatografía emerge como la herramienta por excelencia en la búsqueda de la verdad dentro del cannabis medicinal.
Pero, ¿cómo trabaja este proceso mágico que nos permite conocer a fondo la composición de la planta en la que tantos confían para aliviar sus dolencias?
Imagina que el cannabis es como una receta compleja con ingredientes secretos. La cromatografía, en términos sencillos, actúa como nuestro chef químico, separando cada elemento para que podamos entender mejor lo que hace a esta planta tan única.
En nuestro laboratorio, empleamos una técnica llamada cromatografía. Piénsalo como un desfile molecular, donde una muestra de cannabis se vaporiza o inyecta y se introduce en un pasillo químico.
Este pasillo, relleno de una sustancia especial llamada fase estacionaria, actúa como el anfitrión que guía a cada molécula.
Aquí es donde la verdadera magia sucede. Cada molécula interactúa con la fase estacionaria de manera única. Algunas corren velozmente, mientras que otras avanzan con más cautela. Este baile químico nos proporciona información invaluable sobre la composición exacta del cannabis que analizamos.
Así, gracias a la cromatografía, podemos garantizar que cada producto de cannabis medicinal que llega a manos de los pacientes en Puerto Rico ha sido minuciosamente examinado y comprendido.
En este cruce entre la ciencia y la salud, la cromatografía se convierte en la luz que disipa las sombras, permitiéndonos ofrecer tratamientos seguros y efectivos a aquellos que confían en la poderosa medicina de la naturaleza.