Por Neryna Cuadrado, PhD
Educadora Comunitaria de Escuela Verde de PR
Las iniciativas educativas a nivel superior y la investigación académica sobre el cannabis medicinal no solo representan una oportunidad, sino una necesidad imperativa para posicionar a Puerto Rico a la vanguardia de esta pujante industria, tal y como ha sido el caso en varias jurisdicciones de los Estados Unidos y del mundo. En una isla donde el cannabis medicinal ha ganado terreno tanto en la sociedad como en la economía, la academia debe jugar un rol crucial para avanzar de manera informada y segura.
En el otoño de 2017, la Universidad del Norte de Michigan inauguró el primer programa de grado de cuatro años en química de plantas medicinales, pavimentando el camino para estudiantes que aspiran a integrarse en la industria del cannabis. Esta tendencia no se detuvo ahí. En 2018, la Universidad de Connecticut, a través del profesor Gerry Berkowitz, ofertó un curso universitario de tres créditos titulado “Horticultura del Cannabis: de la Semilla a la Cosecha”. La demanda fue tal que se creó una versión en línea para acoger a más estudiantes, reflejando la emergente necesidad de profesionales capacitados en este sector en auge.
Esta marea educativa no ha sido exclusiva de los Estados Unidos. En 2021, el Niagara College en Ontario, Canadá, introdujo un certificado de posgrado en Producción Comercial de Cannabis, y en América Latina, la Universidad Nacional de Colombia inauguró un curso sobre “Cultivo y Aprovechamiento Medicinal y Cosmético del Cannabis”.
En lo local, la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Bayamón ha dado pasos en este campo. En 2018, anunció su incursión en la investigación científica del cannabis medicinal a través de los departamentos de Biología y Química. Aunque este es un inicio prometedor, es imperativo ampliar estas investigaciones y programas académicos.
Más allá de continuar inaugurando dispensarios y centros de cultivo, la sostenibilidad y desarrollo de la industria cannábica local exigen una profunda inmersión en la investigación científica y académica. En este sentido, el futuro de la industria del cannabis medicinal en Puerto Rico dependerá en gran medida de la capacidad de entrelazar el desarrollo comercial con la formación académica especializada y la investigación.
Las experiencias internacionales evidencian que la formación académica en cannabis no solo es viable, sino vital para propulsar la industria de manera ética, segura y sostenible. Puerto Rico tiene la oportunidad, y la necesidad, de integrar esta premisa en su propio terreno, garantizando no solo la evolución de la industria del cannabis medicinal, sino también asegurando su calidad, seguridad y aporte económico y social en el largo plazo.