Por Nicolás José Rodriguez
El Planteo
Las empresas cannábicas estadounidenses tienen su buena dosis de problemas, uno de los cuales es que no pueden deducir gastos o pérdidas en sus formularios fiscales en virtud de la sección 280-E del código tributario.
Sin embargo, este no es el caso de Puerto Rico, que está a sólo «unos pasos» del mayor mercado de cannabis del mundo. A efectos fiscales federales, las empresas de cannabis que operan en Puerto Rico se clasifican como corporaciones extranjeras y no están obligadas a pagar impuestos federales sobre sus ingresos. Así, las empresas de marihuana medicinal en Puerto Rico, país que cuenta con un desarrollado complejo farmacéutico, no pagan ningún impuesto federal.
Emplazada en un antiguo predio farmacéutico de la firma Roche, de 420,000 pies cuadrados, PRICH Biotech Corp es la empresa de cannabis más importante en Puerto Rico. Lo que comenzó como una inversión inmobiliaria en la ciudad de Humacao se convirtió en la empresa de cannabis verticalmente integrada más importante de Centroamérica.
“Nada mejor para entrar en este mundo que reconvertir una antigua planta farmacéutica, tenemos instalaciones con tecnología de punta. Difícilmente se hubiese podido construir desde cero,” explicó Munir Kabche, presidente de la empresa, en una entrevista exclusiva con El Planteo.
“En Puerto Rico se fabrican 12 de las 20 medicinas más vendidas en EEUU. El 70% del suero se hace aquí. Al ser un Estado libre asociado, tiene unas leyes fiscales diferentes a los otros 50 estados de EEUU, que atrae a las farmacéuticas. Tenemos 353 empleados, 28 dispensarios y representamos el 40% del mercado hoy día. Son 120,000 pacientes de cannabis medicinal”, agregó Munir.
Del real estate y las finanzas al cannabis
Muchas veces olvidamos considerar al cannabis como una inversión inmobiliaria. A menudo pensamos en el cultivo, pero hay otras formas. Ya sea reconvirtiendo frigoríficos o laboratorios, o adquiriendo propiedades y lotes en posiciones estratégicas, el real estate o los bienes raíces, estos métodos se destacan como una puerta de entrada a la economía del cannabis. Y, de hecho, PRICH puede dar cuenta de ello.
“Hicimos nuestra inversión con ese criterio”, dijo Munir. “Estamos en varias industrias, de cada una hemos aprendido lecciones que aplicamos al cannabis. Vas tomando lo mejor de cada experiencia, porque el cannabis es multidimensional, es agricultura, pero también es manufactura y retail. Esta visión holística de la industria nos lleva al cannabis 2.0, en lo que nosotros nos enfocamos”.
¿Cannabis 2.0?
“Vemos al cannabis como mucho más que una simple commodity. Vamos más allá en aspectos tecnológicos, como el sistema de delivery y la atención del paciente para que el cannabis sea accesible y consistente como cualquier otro producto. Al ser la empresa más grande, somos los únicos que garantizamos la entrega a todos los pacientes, a todos los dispensarios semanalmente”, agregó Munir.
El ejecutivo explicó además que la escala y los altos estándares de la empresa le dan una “ventaja competitiva”, porque les permite suplir 300 dispensarios y segmentar sus marcas “para los distintos tipos de pacientes”.
Un faro en la región
Dado el estigma social sobre los usuarios de cannabis en Latinoamérica y el mundo entero, sorprende escuchar que esta empresa ya abastece a más de 300 dispensarios de cannabis en Puerto Rico. ¿Qué podemos aprender en el resto de Latinoamérica de la experiencia puertorriqueña? ¿Cuál es la importancia del segmento minorista? ¿Cómo avanzó tanto en Puerto Rico?
De acuerdo con Munir, el secreto está en la calidad de la información con que se mide el barómetro social, o la opinión pública al respecto del cannabis y como se comunica.
“Venimos de una familia muy tradicional. Cuando dije voy a incursionar en cannabis, me preguntaron cómo una familia tradicional de las finanzas, la hotelería y los seguros se iba a meter allí. Era tabú en 2016. Encargué encuestas nacionales y descubrimos que el 65% de la población en Puerto Rico aprobaba el cannabis medicinal. Si bien en un comienzo despertamos suspicacias, hoy en día los dispensarios están normalizados. Cuando se educa a la gente con buena información, todo es posible”, dijo el ejecutivo.
“La gente ya entiende que es más peligroso tomarse una selfie que consumir cannabis. Las selfies causan 45 muertes al año. ¿Cuántas muertes causa el cannabis medicinal? Cero. El cannabis genera empleo estable, el estado recauda impuestos y la calidad de vida de las personas mejora”, continuó Munir.
¿Cómo funcionan los dispensarios en Puerto Rico?
Uno de los principales desafíos para los dispensarios legales es cómo asegurar la trazabilidad del cannabis. Es decir, cómo garantizar que el cannabis que se vende procede de un circuito legal.
En Puerto Rico, el gobierno usa el sistema BioTrack para trazar el cannabis legal. Al mismo tiempo, PRICH licencia el sistema MJ Freeway, que conecta todas las etapas de producción, desde el cultivo hasta la venta minorista.
“Hemos integrado nuestros sistemas, contamos con más de 900 cámaras, y un departamento dedicado exclusivamente a cumplir con las normas”, explicó Federico Bais, parte del equipo técnico de Prich.
“Los productos tienen códigos de seguimiento generados por el propio sistema, desde el estado vegetativo, cada planta pertenece a un lote. Cuando se cosechan, pasan a formar parte de un lote de manufactura. Las plantas se pesan antes y después del secado, y se descuentan, por un lado, los recortes que se usan en manufacturas, y por otro, las flores que van al dispensario. Cada producto tiene una etiqueta que corresponde a un lote”, dijo Federico.
Puerto Rico y más allá
Munir explicó que, si bien la empresa está concentrada en seguir invirtiendo en Puerto Rico, siempre están evaluando oportunidades de negocios.
“Estamos aumentando la producción aquí en Puerto Rico. ¿Por qué? Pues porque la legalización federal en EEUU es cuestión de tiempo y aquí tenemos ventajas competitivas, como nuestros recursos humanos, y la escala industrial que nos permite alcanzar números que difícilmente otros cultivadores puedan alcanzar, además de nuestra anticipación estratégica a las necesidades del mercado”, dijo Munir.
“Estamos aumentando nuestra área de cultivo en un 50%. A pesar de que tenemos el 40% del mercado, seguimos invirtiendo. Los precios siguen bajando y estamos preparados para ser un big player en EEUU, Argentina y Panamá. El mercado argentino es mayor y entendemos que podemos hacer inversiones en I+D. Eso es lo que más nos interesa”, afirmó.
Munir entiende que para sobrevivir en cannabis no alcanza con bajar los costos. Además, es indispensable innovar productos y servicios. “El que no activa se queda en el pasado”, advirtió el ejecutivo. “Por eso es que yo hablo de cannabis 2.0. Nosotros no estamos viendo que hace la gente, queremos ir más allá de lo convencional. Diversificar la oferta y ser diferentes”, concluyó.
Vía Benzinga, traducido por El Planteo