Por Ivelisse Rivera Quiñones
CannaPaz, una finca de cáñamo ubicada entre las montañas de Cayey, entra al mercado con una visión específica de lo que será su aportación a la industria y a los consumidores de productos con CBD.
La empresa, que se está abriendo paso en el mundo del cáñamo local, inicialmente está distribuyendo flores de cáñamo, pero sus planes también prevén la manufactura de productos dirigidos a atletas, de todos los niveles, para asistirlos en una recuperación óptima del esfuerzo físico de los entrenamientos y la competencia.
CannaPaz buscar ser una herramienta para que los deportistas consigan una recuperación completa luego de cada sesión de ejercicios. Así como proveer alivio natural de desinflamación y mejoría a músculos adoloridos.
“Nuestro concepto con el cáñamo es trabajar el área medicinal, todo lo que es CBD, CBG, y aquellos componentes que contiene la planta del cannabis sin alto contenido de THC (tetra cannabidiol)”, explicó José Rodríguez Aponte, dueño y CEO de CannaPaz.
Para Rodríguez Aponte, recién retirado como maestro de educación física y técnico de judo en el Albergue Olímpico, es natural querer unir su pasión por el deporte con este nuevo emprendimiento que es la Finca CannaPaz.
“Siempre he trabajado con el deporte, ese es mi llamado, brindarle bienestar a los jóvenes. Ahora con este proyecto quiero hacer un tipo de combinación, medicamento, vitaminas, ungüentos, que le puedan ayudar a los atletas en su recuperación, con las lesiones, así como prepararlos psicológicamente antes y después de una competencia”, continuó Rodríguez Aponte.
“Quiero que CannaPaz tenga una visión dirigida a ayudar en el deporte. Como nuestro enfoque es medicinal, queremos ayudar a los atletas a que tengan un mejor rendimiento y, a la misma vez, ayudar a la salud. No importa que sean atletas, jóvenes, adultos o envejecientes”.
Con el paso del huracán Fiona, los planes de Rodríguez Aponte se retrasaron, ya que la tormenta le devastó unos trabajos de preparación de terreno que ya se habían realizado. Además, de que ante la falta de energía eléctrica, perdió la cosecha de los invernaderos, que ya se encontraban en el proceso de secado. Esto, sin embargo, no logró desenfocar a ‘Pope’, como cariñosamente le llaman a Rodríguez, quien aseguró sigue motivado y positivo en conseguir su posicionamiento en la industria.
“Tuvimos pérdidas. Lamentablemente, el verano pasado hicimos unos movimientos de tierra, agrandamos los caminos, los preparamos con mejor material y lo perdimos. El agua se llevó todo eso, la tosca, todo el terreno que se prepara cedió, no estaba compactado todavía. Perdimos todo ese trabajo y el dinero invertido”, dijo mientras lamentaba lo difícil que es conseguir un seguro para la industria de cáñamo y ayudas gubernamentales, aunque esencialmente se trabaja con un producto agrícola.
La Finca CannaPaz es propiedad de la madre de Rodríguez Aponte, quien la heredó de su padre. Tiene 200 cuerdas de terreno, aunque, ahora mismo solo están utilizando 11 cuerdas para la producción.
“Soy un guerrero de vida, de pasión, en todo lo que hago. Voy a mí y voy a mi gente. Esto es un dream team, y en la industria van a conocer lo que es CannaPaz”, concluyó.