Copenhague (EFE) – El Gobierno danés presentó este miércoles un paquete de medidas para acabar de forma definitiva con la venta de cannabis en la célebre comuna libre de Christiania en Copenhague tras varios tiroteos mortales en los últimos meses en la zona por enfrentamientos entre bandas.
El último episodio provocó a finales del mes pasado la muerte de un joven de 30 años en un tiroteo en el que resultaron heridas más personas, lo que provocó que por primera vez en el medio siglo de historia del asentamiento, la asamblea de Christiania decidiera por unanimidad pedir a las autoridades que cierre “Pusher Street” (calle de los camellos).
Creada a finales de la década de 1980 por los “christianitas” para que el comercio no se expandiera por toda la zona, “Pusher Street” ha sobrevivido a varios cierres temporales y a cientos de operaciones policiales para alejar a los vendedores aunque sin éxito hasta ahora.
El nuevo paquete legal pretende, aparte de aumentar la presencia de agentes en la zona, endurecer las multas a vendedores pero también a compradores, lo que podría suponer para estos una pena de cárcel en caso de reincidencia.
“Estas medidas son el primer paso en la dirección de una cierre permanente de Pusher Street, que buscan acabar con la demanda en la calle mientras decidimos qué habrá allí cuando esta quede cerrada”, dijo hoy en rueda de prensa el ministro de Justicia danés, el socialdemócrata Peter Hummelgaard.
Hummelgaard defendió que una solución definitiva para la calle puede implicar la construcción de tiendas o viviendas en ella y se mostró escéptico con una posible legalización del cannabis, como aprobó recientemente la vecina Alemania o han defendido varios sucesivos alcaldes de Copenhague de su mismo partido.
Dinamarca introdujo hace cinco años un programa piloto de uso de cannabis medicinal que sigue en funcionamiento.
La venta libre de los derivados del cannabis ha estado estrechamente vinculada a Christiania desde el nacimiento hace 52 años de este asentamiento, creado por un grupo de jóvenes que ocupó unos antiguos barracones militares y proclamó una ciudad libre de inspiración anarquista.
El futuro del asentamiento, tras una larga disputa legal, quedó asegurado hace unos años con un acuerdo con el Estado y la compra de los terrenos por un fondo, que incluye la construcción de nuevas viviendas en esta atractiva zona junto a los canales de la capital en la que viven unas 900 personas pero garantizando su condición de experimento social.
Las autoridades danesas han tolerado en distintos grados la venta de cannabis en Pusher Street, pero el aumento de la violencia en los últimos años ha provocado mayor actividad policial y ha acabado venciendo la resistencia de los “christianitas” al cierre de una calle considerada el mayor centro de venta y consumo de cannabis en el norte de Europa.