Bangkok, Tailandia (Nayara Batschke y Gaspar Ruiz-Canela / EFE) – El lucrativo negocio del cannabis recreativo, que ha convertido a Tailandia en el fumadero de marihuana en Asia, es uno de los asuntos que más dividen a los partidos y los votantes ante las elecciones generales del próximo domingo.
Las prioridades de los tailandeses son otras como el empleo, la inflación o la recuperación del turismo, pero la eclosión de las tiendas de marihuana desde que se despenalizó el cultivo de esta planta en 2022 es un asunto en el que hay poco consenso, con los más críticos entre los partidos opositores.
Tailandia, que antes penaba con hasta 15 años de cárcel el tráfico de marihuana, se convirtió el año pasado en el único país asiático donde se puede adquirir en tiendas y dispensarios para uso recreativo debido a que existe un vacío legal.
Las actitudes oscilan entre quienes apuestan por una regulación que potencie el negocio en el país, que cuenta con más de 8,000 tiendas y más de un millón de productores de cannabis, y quienes abogan por limitar el uso de la marihuana a solo fines médicos.
Umarat Obchoey, de 20 años y dependienta en una tienda de marihuana en Bangkok, indicó a EFE que, en su opinión, ningún partido se atreverá a dar marcha atrás con la despenalización del cannabis, aunque algunas formaciones como el progresista Move Forward han pedido que solo se venda para fines medicinales.
“Los problemas actuales en la sociedad están relacionados con la marihuana, y si se puede controlar y usar con fines médicos, o si las tiendas con licencia pueden venderla, podría ser un desarrollo positivo”, aseveró Umarat tras el mostrador de Thai Cannabis Club, rodeada de botes con todo tipo de cogollos de marihuana.
La paradoja es que fue el partido de la coalición gubernamental promilitar y defensora de la ley y el orden, el Bhumjaithai, el que abanderó la reforma legal de la marihuana, aunque asegure que su objetivo era solo promover su uso medicinal.
Sin embargo, la despenalización en 2022 creó un vacío legal que ha provocado la apertura de miles de dispensarios de marihuana, sin que la coalición gubernamental tuviera tiempo de aprobar una ley para regular el uso y mercado del cannabis antes de las elecciones.
Los partidos opositores prodemocráticos Pheu Thai y Move Forward, que son el primero y el segundo en las encuestas de intención de voto para los comicios del 14 de mayo, han abogado por una regulación más restrictiva de la marihuana para permitir solo el uso médico.
Negocios a la expectativa
Mientras tanto, los dueños de los dispensarios de marihuana y productos derivados están a la expectativa de qué ocurra tras los comicios, que pueden llevar al poder a la oposición.
“Creo que puede pasar cualquier cosa y lo peor es que paren todo en la industria”, indicó a EFE Melody, empleada en una tienda de cannabis recreativo en Bangkok.
“Hay un montón de gente trabajando y moviéndose en esta industria y esto podría afectarles”, agregó Melody, quien abogó por que se regule la industria para que haya seguridad legal.
Kajkanit Gem, director de la pionera compañía del sector Taratera, opinó que los partidos que ganen las elecciones continuarán apoyando el cannabis porque es bueno para la economía y el turismo.
“Tenemos un millón de personas registradas en una aplicación que monitorea quién cultiva cannabis y eso son un millón de votos”, apostilló Kajkanit.
Encuestas de intención de voto
El partido, liderado por el ministro de Sanidad saliente, Anutin Charnvirakul, ha criticado al Pheu Thai y otras formaciones de atacarle por razones políticas tras haber votado a favor de la despenalización de la marihuana.
El Bumjaithai, que obtuvo un 10.33% de los votos en las elecciones de 2019, apenas llega al 2.9% en las encuestas de intención de voto, por lo que se aleja su deseo de convertirse en un partido bisagra y poder defender su proyecto de la marihuana.
El Pheu Thai, dirigido por el influyente clan Shinawatra, es favorito en estas elecciones con más del 38% de la intención de voto, seguido del Move Forward (33%) y del United Thai Nation (12%), encabezado por el primer ministro y líder del golpe militar de 2014, Prayut Chan-ocha.