Por Limary Ríos Camacho, MD
La enfermedad inflamatoria intestinal (IBD) es una condición inflamatoria crónica del intestino que comprende la colitis ulcerosa (UC) y la enfermedad de Crohn (CD) y se caracteriza por episodios de inflamación recurrentes y remitentes que afectan principalmente al tracto gastrointestinal.
La fisiopatología de IBD no se ha establecido por completo y parece deberse a una respuesta inflamatoria inapropiada de un sistema inmunológico desregulado unido a factores ambientales y genéticos. Las terapias convencionales dirigidas a la inducción y remisión del IBD funcionan principalmente a través de la inmunosupresión.
Algunos ejemplos son los aminosalicilatos, antibióticos, corticosteroides, inmunomoduladores y terapias biológicas. Debido a las opciones de terapia limitadas y los efectos secundarios adversos conocidos con el uso crónico de estos, los médicos a menudo tratan a los pacientes con enfermedades refractarias a los métodos convencionales, con resección quirúrgica del intestino enfermo.
Por esta razón, muchos pacientes recurren a la medicina alternativa para el manejo de su condición. Por lo tanto, los médicos deben estar familiarizados con estas diversas terapias para asesorar a los pacientes sobre su uso seguro.
En el pasado durante años, se ha hablado sobre el papel terapéutico del cannabis en el tratamiento de la IBD. Un informe de caso de 1990 describe pacientes con IBD que mantuvieron la remisión de la enfermedad a través del consumo de cannabis (Ann Intern Med. 1990).
El uso de cannabis medicinal precedió al descubrimiento del sistema endocannabinoide, lo que provocó más investigaciones sobre el cannabis como opción de tratamiento para estas condiciones.
A medida que el uso terapéutico del cannabis gana más atención en la prensa, existe un reconocimiento creciente de pacientes que usan cannabis para el control sintomático como por ejemplo: un manejo exitoso del dolor abdominal, dolor en las articulaciones, calambres, diarrea, pobre apetito, pérdida de peso y náuseas.
En un estudio realizado en Israel en el 2011, Naftali y sus colegas presentaron el primer examen de la respuesta al cannabis de 30 pacientes con CD. Todos los pacientes reportaron mejoría en su bienestar médico general. En 21 de ellos, su mejoría fue notable en las escalas utilizadas (Harvey-Bradshaw index).
Solo dos pacientes requirieron cirugía en un espacio de tres años. También hubo una disminución en los medicamentos requeridos. Las críticas que han sufrido los diferentes estudios es en cuanto a la estandarización de las dosificaciones del cannabis y para esto se necesitan más estudios.
El cannabis no puede reemplazar el tratamiento convencional o los medicamentos utilizados para la enfermedad de Crohn o la colitis. Hasta que haya evidencia de que el cannabis sea un antiinflamatorio efectivo, no se recomienda suspender las terapias de primera línea recomendadas por su médico y reemplazarlas con cannabis.
La autora es propietaria de Dispensarios 420 en Caguas