Por Gaddiel Francisco Ruiz Rivera
Especial para Crónicas
San Juan, 7 de febrero de 2022 – La variedad de comestibles de cannabis medicinal se compone mayormente de dulces, lo que limita las opciones disponibles para pacientes que, por razones de nutrición, evitan azúcares o productos derivados de animales.
Los productos infundidos no se consideran alimentos “para efectos del Reglamento General de Salud Ambiental del Departamento de Salud”, según define el artículo 5 del Reglamento 9038 del 2018. Supone un reto para la industria lograr comestibles saludables, pero no una obligación.
A continuación, te presento tres pasos para hacer infusiones a tu medida. Así podrás aderezar tus alimentos o crear tus propias recetas.
ACTIVA TU CANNABIS
El primer paso, la activación del THC, se conoce como descarboxilación. Aplicando calor, el THCA desprende una molécula de dióxido de carbono dando lugar al THC, el componente psicoactivo que buscamos.
Precalienta un horno entre 175 y 220 ºF. Coloca en él tu material vegetal sobre un recipiente que tolere altas temperaturas. En el caso de flor, larf, shake o trim, descarboxila por espacio de 45 minutos. En el caso del kief, 30. Utiliza un termómetro de hornear y un temporizador para controlar ambos factores. Notarás que tu material saldrá del horno más crujiente y más dorado que como entró.
INFUSIÓN
El segundo paso es infusionar con cannabis activado un aceite, mantequilla o incluso miel. Primero, calienta tu sustancia al baño de María durante una hora en caso de kief o hasta dos horas en los otros casos. En un baño de María, el burbujeo debe mantenerse leve, no hirviendo. Tan pronto la solución esté caliente, añade tu material vegetal. Bate suave la mezcla varias veces durante el proceso. No permitas que tu recipiente se quede sin agua. Déjalo reposar.
Evalúa si deseas colar tu infusión o conservar en ella las flores. Para algunas recetas puedes usar los restos de flor, como guisos o ensaladas. Consérvalo en un recipiente sellado, donde se mantenga fresco y sin iluminación.
MEDIR ANTES DE PREPARAR
Antes de iniciar el proceso, determina la concentración aproximada que tendrá tu infusión. Puedes servirte de calculadoras en línea o seguir la siguiente relación.
Imagina que tenemos 1 gramo de una flor con 22.59% de THC. Restaremos a ese porciento .4 (22.59 – .04= 22.19), y convertiremos el resultado a una cifra decimal, trasladando el punto una posición a la derecha (221.9). Nuestra infusión tendrá 221.9 mg de THC. La resta considera el material degradado o perdido en el proceso.
Si fueran dos gramos, multiplicamos el resultado por 2 y nuestra infusión tendrá 243.8 mg de THC.
Si esos dos gramos los infusionamos a una taza de aceite, equivalente a 16 cucharadas, dividimos los 443.8 mg de THC entre 16, de modo que cada cucharada tendrá 15.23 mg de THC. Si lo diluyes añadiendo otra taza de aceite, la cucharada tendrá la mitad, 7.6 mg.
¡Ya puedes añadir tu infusión a comidas listas para el paladar!