Por Nare Tinta Bonita
Especial para Revista Crónicas
San Juan, 6 de julio de 2021 – A lo largo de la historia, el cannabis se ha utilizado para tratar diferentes afecciones de salud. Específicamente, las mujeres han recurrido a este componente para aliviar los dolores y las complicaciones relativas a la salud femenina. Desde reinas monárquicas hasta líderes políticas, las mujeres utilizan cannabis para aliviar sus dolores menstruales.
La historia cuenta con documentos que acreditan que al menos desde el cuarto siglo se utiliza cannabis para aliviar los dolores menstruales y los problemas o complicaciones relacionadas con el parto.
Uno de los ejemplos más conocidos es la Reina Victoria, a quien su médico le recetaba una mezcla de cannabis para aliviar los dolores asociados con la menstruación. Algo similar reporta el Dr. Ethan Russo, quien dice haber descubierto que había residuo de tetrahidrocannabinol (THC, uno de los componentes del cannabis) en mujeres que fallecieron durante el parto en esa época.
En el siglo XXII, Napoleón y sus tropas invadieron Egipto y uno de los descubrimientos que hicieron en la tierra africana es el “hachís”, una sustancia que se obtiene al prensar el polen, los tricomas y los componentes exteriores del cannabis. Esta práctica es una de las más básicas, antiguas y efectivas de concentrar y preservar el cannabis. Al remover toda la resina y los componentes de la planta, se extraen componentes terapéuticos que luego se fuman o se utilizan para confeccionar una gran variedad hierbas tópicas, para comer o beber.
Más tarde, en el siglo XIX, el Dr. Fleetwood Chrurhill reveló la forma más eficaz que empleaba para evitar y detener las hemorragias uterinas: una bebida preparada con “Indian Hemp”, leche y grasa animal.
En 1930, el Dr. Morris Fishbin escribió que para esa época las mujeres utilizaban cannabis para aliviar el dolor y las complicaciones del parto sin temor de causarle daño al bebé. Durante el mismo tiempo, en Rusia las mujeres recién casadas preparaban una bebida con cannabis para tomarla en la noche de bodas con el fin de sentir más placer.
Como vemos, hay suficiente literatura que evidencia que a través de la historia se han desarrollado recetas para tratar diversas afecciones de salud cuya elaboración contiene cannabis y otras plantas medicinales.
Sin embargo, no es de extrañar que debido a las limitaciones de las que ha sido víctima la mujer a través de la historia, como estar laboralmente restringida a las tareas domésticas, impedida de recibir la misma educación que recibían los hombres y prohibidas de estudiar o trabajar ejerciendo la Medicina, muchas de las recetas que elaboraban a base de plantas eran consideradas peligrosas o prohibidas. Incluso, las mujeres que se dedicaban a ello eran tachadas de brujas y corrían el riesgo de ser asesinadas.
Hoy en día, las recetas y los productos de salud femenina que contienen cannabis están diseñados para aliviar el dolor menstrual y el de parto, mejorar la lactancia materna, evitar las náuseas que causan el embarazo y aliviar muchos de los síntomas asociados a la menopausia.
Por ejemplo, en 1999 se publicó un estudio que reveló que el 51% de las mujeres en Australia utilizan cannabis para aliviar los dolores menstruales. En 2006, un estudio reveló que el 65% de las mujeres británicas utilizaban cannabis durante el parto para aliviar las náuseas que este les causaba.
A pesar de todo lo anterior y de existir evidencia, datos y estadísticas que lo sustentan, los médicos entienden que no hay evidencia suficiente para apoyar el uso del cannabis para atender muchos de los problemas de salud femenina. Esta práctica es aún más notable durante y después del embarazo, pues los médicos no recomiendan su uso durante el embarazo ni mientras la lactancia.
En conclusión, a través de la historia las mujeres se han beneficiado de las bondades del cannabis y cuánto les aporta a su salud. Sin embargo, persiste un estigma respecto a ello y muchas se ven obligadas a utilizarlo secretamente.