Por Lic. José Antonio Maes
San Juan, 23 de noviembre de 2021 – Puerto Rico primero. Ese debe ser siempre el norte, el camino a seguir para asegurarnos de que realmente estamos tomando las mejores decisiones.
Resulta fundamental que el análisis y la evaluación del impacto socioeconómico, de salud y seguridad pública y la viabilidad que puedan tener las distintas opciones, medidas y propuestas que se discuten públicamente sobre la marihuana, se realice sin obligaciones y compromisos ideológicos, políticos, religiosos, económicos o de otra índole.
La despenalización, la descriminalización y la legalización no son lo mismo, no son sinónimos, tienen consecuencias legales, sociales, políticas y económicas completamente distintas.
La despenalización sigue considerando la marihuana como una sustancia controlada, permite la posesión para el consumo personal, sin fines de distribución, reduciendo penas o estableciendo sanciones fuera del marco criminal, multas, servicio comunitario y otras sanciones civiles o administrativas.
La descriminalización se enfoca principalmente en el aspecto sociológico, criminalístico y salubrista, se convierte en un asunto de salud pública en lugar de un tema de justicia penal o aplicación de la ley. La conducta humana ya no se considera un crimen.
La legalización consiste en eliminar las consecuencias criminales de una conducta previamente antijurídica que pasa a considerarse lícita desde el punto de vista legal, social y económico.
Actualmente los Estados Unidos tiene 37 jurisdicciones que han legalizado el uso medicinal de la marihuana, 19 jurisdicciones y 3 territorios que legalizaron su uso adulto.
Entendiendo que hay diferencias culturales, medioambientales e idiosincráticas, existe suficiente información y datos que permiten observar de manera objetiva el impacto positivo o negativo que estas políticas públicas han tenido desde el punto de vista social, de salud, seguridad pública, económica y fiscal.
El futuro de la política pública alrededor de esta planta medicinal no puede estar en manos de ideología política, religiosa o económica alguna.
El análisis debe ser hecho desde un punto de vista amplio, inclusivo, que permita la participación activa de la academia, la ciencia, de todos los sectores sociales y en consecuencia se traduzca en propuestas y decisiones con respecto a qué es lo que más nos conviene como pueblo. Puerto Rico siempre primero…
El autor es consultor de la firma Van Den Berg Law and Consulting.