Por Némesis Mora Pérez
Cuando Edna Díaz abrió el dispensario Yes I Cann en Toa Baja para mediados de 2017, su hija Zaid Jorge Díaz decidió unirse al equipo de trabajo de su mamá como técnica de dispensario.
Tras dos años y medio a cargo de la atención y educación al paciente, la joven de 23 años entendió la importancia de la accesibilidad del cannabis medicinal en pacientes con enfermedades crónicas. Sobre todo, presenció desde muy cerca el liderazgo y la sabiduría de su mamá para manejar una empresa familiar cuyo objetivo es la salud física y mental de los puertorriqueños.
“Trabajar con mi mamá en la industria me hizo unirme más a ella. Además de que me di cuenta que en las diferentes industrias existen jefes y existen líderes. Definitivamente, ella es una líder. Es una mujer emprendedora, carismática, súper creativa y súper empática. Trabajar con ella me hizo darme cuenta de todas las cualidades que yo sabía que ella tenía, pero que no había visto en acción porque no había tenido la oportunidad de ver cómo se desempeñaba dentro del ámbito profesional como lo hice siendo parte del mismo equipo de trabajo que ella”, confesó Zaid a Crónicas.
Por su parte, Edna Díaz aseguró sentirse orgullosa de presenciar el crecimiento personal y profesional de su hija Zaid. Esto, además de ser testigo de la confianza y cariño que los pacientes de cannabis han depositado en la joven, quien actualmente es estudiante de Derecho.
“Yes I Cann es una empresa familiar donde trabaja mamá, papá, hija y mi hermana. Se siente divino sentirse en familia, sentirse en confianza y ver a mi hija desarrollarse como la empresaria que es y futura abogada que será. Eso me enorgullece pero sobre todo me siento agradecida con Dios por cómo ella ha podido ayudar a tanta gente. Me lo dicen todos los días, me preguntan por ella, me le mandan bendiciones y agradecen la orientación que ella les dio. Sobre todo, por la comunicación efectiva que tuvo con ellos y de la educación que ella les ofreció. Me enorgullece un montón”, aseguró la fundadora del dispensario.
Antes de llegar a la industria del cannabis, Díaz trabajó durante 20 años en la venta de equipos médicos. Con ganas de reinventar su carrera, y a sabiendas de los beneficios médicos del cannabis en amigos y familiares suyos, tomó la decisión empresarial de establecer un dispensario desde cero.
“Ser mujer, madre y empresaria en una industria nueva me llena de satisfacción. Y me satisface saber que estamos ayudando a romper con los mitos a través de la educación. De este modo, muchas personas pueden mejorar su salud física y mental a través de esta medicina. También me enorgullece decir que esta industria es de las pocas que está levantando la economía de este país que tanto lo necesita”, continuó la fundadora de Yes I Cann.
Mientras que para Zaid, la mayor satisfacción de pertenecer a la industria del cannabis es ver la mejoría en la salud de los pacientes por medio de la educación y la medicación bajo supervisión profesional.
“Lo que me motivó a trabajar en la industria de cannabis fue sentir que estaba aportando mi granito de arena. Y que del mismo modo en el que el cannabis me ayudó a mí a tratar mis condiciones, iba a poder ayudar a otros y otras a hacer lo mismo. Es un trabajo bien gratificante porque uno ve cómo los pacientes se alivian y cómo llegan de una manera y cuando empiezan en el programa cambian. Se ven más felices, tienen menos dolor y obtienen calidad de vida”, dijo la joven.
Actualmente, el dispensario Yes I Cann se encuentra próximo a inaugurar su centro educativo cannábico. Contará con una amplia oferta de CBD y con un equipo de profesionales a cargo de la orientación y certificación de pacientes interesados en el consumo de cannabis.