Por Limary Rios Camacho, MD
La tecnología moderna ha disminuido las demandas físicas de las actividades del diario vivir como limpiar la casa, lavar la ropa y los platos, cortar la grama y viajar al trabajo. Muchas de las tareas que requerían de mucho tiempo y esfuerzo físico, ahora pueden ser realizadas en solo segundos con solo apretar un botón.
Esto resulta en más tiempo disponible para actividades de diversión que desafortunadamente, en muchos casos son sedentarias. Aunque el cuerpo humano está diseñado para actividad física y movimiento, el ejercicio no es típicamente parte del estilo de vida promedio.
A esto le añadimos las restricciones de la COVID-19, como por ejemplo el cierre de escuelas y parques, y la cancelación de deportes y clases de actividad física. Los adultos ahora trabajan desde las casas y los niños toman clases desde una computadora. Esto ha impedido que los ciudadanos cumplan con los niveles de actividad física recomendadas.
El resultado es que la falta de actividad física ha dado lugar a las enfermedades hipocinéticas. El prefijo hipo significa carece de y cinético se refiere a movimiento.
Los individuos que no se ejercitan regularmente tienen un riesgo mayor de desarrollar enfermedades hipocinéticas, tales como enfermedades del corazón, hipertensión, hiperlipidemia, obesidad y trastornos musculoesqueléticos. La mejor defensa en contra de las enfermedades hipocinéticas es poner los músculos, huesos, coyunturas, corazón, pulmones y órganos internos a trabajar a través de un programa de ejercicio.
Los individuos pueden alcanzar un nivel alto de bienestar si cambian los hábitos pobres y se ponen en forma física y psicológica. Estar en forma gira alrededor del ejercicio y de un estilo de vida activo.
Los malos hábitos como fumar pueden ser alterados por medio de la participación regular de un programa de ejercicios. Muchos individuos también han encontrado que el ejercicio mejora su habilidad para lidiar con el estrés psicológico. Además, el ejercicio juega un rol importante en combatir las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, y los trastornos musculoesqueléticos.
Enfermedades cardiovasculares
Se estima que, en los Estados Unidos, las enfermedades cardiovasculares (hipertensión, enfermedad coronaria del corazón, enfermedad reumática del corazón, infarto al cerebro) son responsables de más del 48% de las muertes y que una de cada cinco de estas personas son menores de 65 años.
La enfermedad coronaria del corazón es la primera causa de muerte en los Estados Unidos. Esta es causada por la pérdida de suplido sanguíneo al Músculo del corazón, que a su vez es causado por aterosclerosis.
La aterosclerosis envuelve la acumulación de depósitos de grasa en las arterias, lo cual puede restringir el flujo de sangre, causar angina y hasta un infarto al miocardio (músculo del corazón).
Se ha comprobado que disminuir el colesterol en la sangre puede disminuir las muertes por enfermedad coronaria y esta disminución se puede lograr con mejor intervención médica y cambios en el estilo de vida. Las personas físicamente activas tienen una incidencia más baja de infarto al miocardio y mortalidad por enfermedad coronaria (Powell, 1987). Un estudio demostró que los hombres que se ejercitaron por lo menos 2,000 kilocalorías a la semana aumentaron su expectativa de vida por lo menos por uno a dos años (Paffenager, 1986).
Los estudios epidemiológicos indican que el riesgo a desarrollar enfermedad coronaria está asociada a muchos factores. Mientras más cantidad y severidad de estos factores, mayor probabilidad de enfermedad coronaria del corazón.
Trastornos musculoesqueléticos
Otra forma de enfermedad hiperkinética son los trastornos musculoesqueléticos, como osteoartritis, fracturas de hueso, desgarres musculares y dolor de espalda. Se ha estimado que más del 50% de la población adulta en Estados Unidos ha padecido de dolor de espalda. Más del 80% de todos los problemas de dolor de espalda son producidos por debilidad muscular o desbalance causado por inactividad física. Si los músculos no son lo suficientemente fuertes como para sostener la columna vertebral alineada, ocurre pobre postura y se desarrolla dolor de espalda.
El sobrepeso, pobre flexibilidad y técnicas inapropiadas de levantamiento de objetos pueden contribuir a problemas de espalda, la mayoría de los problemas de espalda pueden ser corregidos por medio de un programa de ejercicios diseñado para desarrollar fuerza y flexibilidad de los grupos musculares apropiados. Las personas que se mantienen físicamente activas a través de su vida retienen más fuerza de sus huesos y tendones (Pollock, 1978).
Por ende, es sumamente necesario desarrollar políticas que promuevan la actividad física y reducir los comportamientos sedentarios antes de que estos malos hábitos se afiancen.
¡Por tu salud!
La autora es especialista en Medicina Física y Rehabilitación y directora de Dispensarios 420 en la Carr. # 1 en Caguas. (787) 378-5463