Por Javi Díaz
Gerente de Desarrollo
Cannalytics Bioscience Labs
Especial para Crónicas
San Juan, 31 de agosto de 2021 – Los comestibles de cannabis medicinal y cáñamo son una de las matrices más difíciles de analizar en el laboratorio. Una de las maneras más precisas de probar los niveles de cannabinoides es mediante el uso de cromatografía líquida de alta presión (HPLC), un instrumento muy sensitivo que analiza los componentes químicos de la muestra.
El equipo de cromatografía líquida no está diseñado para manejar de forma directa las gomitas, galletas, brownies u otros comestibles. Los ingredientes en los comestibles de cannabis y cáñamo típicamente son pegajosos y gruesos, por lo que pueden dañar los componentes del instrumento. Por tal razón, se realiza una preparación de muestra previo a la entrada al instrumento para evitar arruinar equipos y otros procesos relacionados.
La ciencia moderna reconoce la importancia de las pruebas precisas en comestibles y emplea técnicas sofisticadas y métodos validados para probar productos que contienen cannabinoides. Las técnicas de análisis científico están en constante evolución, particularmente en el área de las pruebas de laboratorio de análisis.
Al crear cualquier prueba de laboratorio más precisa para los comestibles de cannabis, el producto se homogeniza y luego se permite a los solventes químicos extraer los cannabinoides. La alícuota se coloca en el instrumento donde una columna de cromatografía separa los componentes químicos de interés y los interpreta y traduce en formato digital en una imagen gráfica en la computadora.
Este método proporciona resultados muy confiables y es mucho más preciso. Los comestibles de cannabis medicinal y cáñamo tienen el potencial de ser un medio seguro y eficaz para lograr efectos terapéuticos, siempre y cuando los pacientes reciban la información correcta sobre su dosificación ya que los mismos tienden a tener un efecto más intenso y prolongado.