Por Lcdo. José Antonio Maes Aponte
Especial para Crónicas
San Juan, 1 de septiembre de 2021 – Son muchos los retos que enfrenta la industria del cannabis medicinal en Puerto Rico, luego de haber transcurrido casi cinco años de haberse comenzado las operaciones de cultivo, manufactura, laboratorio y dispensario. Pudiéramos hablar de la bancarización, de los incentivos y exenciones fiscales, arbitrios de cigarrillos, saturación, regulaciones federales, sistemas de rastreo, legislación estatal, entre otros asuntos.
Ciertamente son grandes retos, inclusive obstáculos algunos de ellos, pero realmente el gran reto es el entrenamiento, cuyo componente intrínseco es la educación. Aunque quizás está de más la aclaratoria, esta no es una crítica a los compañeros que con esmero, dedicación y compromiso han asumido la difícil tarea de educar en cannabis medicinal.
Es más bien una profunda reflexión de la necesidad de formación, entrenamiento y educación de todos los componentes que forman parte del ecosistema del programa de cannabis medicinal.
Hay 3 elementos que se han ido desvaneciendo o desdibujando el inconsciente colectivo que hace vida en la industria.
Primero, se trata de una sustancia controlada Tipo I a nivel federal. Segundo, es una industria altamente regulada. Tercero, las licencias son un privilegio revocable. Bajo estas tres premisas básicas, de muchas otras que no he mencionado, es absolutamente insuficiente el entrenamiento, la formación y la educación con la que se inician, desenvuelven y se desarrolla una gran parte de la masa crítica que interviene en las distintas etapas de la operación de un negocio de cannabis.
Esto incluye y no se limita a dueños, inversionistas, directores, miembros, gerentes, empleados, consultores y pacientes.
Es precisamente el desconocimiento de las regulaciones, de las buenas prácticas, el uso inadecuado de los sistemas de rastreo y la falta de experiencia gerencia y operativa, lo que compromete la responsabilidad del establecimiento de cannabis, convirtiéndose en el eje principal de los incumplimientos y eventual imposición de infracciones y multas.
Es fundamental que todos los componentes de la industria del cannabis medicinal reciban y mantengan un entrenamiento, formación y educación continua e ininterrumpida que incluya todas las herramientas necesarias desde cómo iniciar un negocio, cómo correr eficientemente una operación y sus distintas posiciones, las mejores prácticas de rastreo, inteligencias de mercado, controles y garantía de calidad, publicidad y mercadeo, no menos importante como servir, educar y atender a la razón de ser del programa, nuestros respetables y amados pacientes.