Por Miguel Díaz Román
Especial para EyBoricua.com
Desde el 2017, cuando comenzó oficialmente la industria del cannabis medicinal en Puerto Rico, el gobierno ha registrado un alza continua en recaudos por la imposición del IVU, lo que representa una oportunidad real para que examinar la posibilidad de que se apruebe el uso del cannabis recreacional con el fin de incrementar los ingresos del estado para mejorar las carreteras, las escuelas y crear más y mejores oportunidades de empleo para la ciudadanía, dijo la licenciada Mayra Maldonado, ex directora de la división de Sustancias Controladas y la Oficina de Cannabis Medicinal del gobierno.
“Ya hemos visto como los ingresos del cannabis se han duplicado y triplicado en pocos años y sabemos que la demanda sigue creciendo un montón. Los establecimientos de cannabis no han parado desde que esto comenzó en el 2017 y sabemos que lo que se está cultivando no es suficiente. Todo esta experiencia debería hacer pensar que el desarrollo de la industria del cannabis recreacional es el paso que debemos dar porque favorece a la ciudadanía con más fondos para mejorar y construir carreteras, escuelas y más servicios”, agregó Maldonado, quien actualmente ofrece los servicios de cumplimiento a los diversos participantes de la industria.
De acuerdo con el Departamento de Hacienda, en el 2017 los recaudos del IVU por las ventas del cannabis medicinal ascendieron a $1.1 millones, pero en el 2018 los recaudos experimentaron un aumento de 413%, alcanzando los $6.03 millones.
Luego, al siguiente año, en el 2019, los recaudos tuvieron un alza de 151%, con ingresos de $15.1 millones.
En los primeros siete meses del 2020, de enero a julio, Hacienda ya ha recaudado $11 millones, lo que representa un aumento de 142.2% con respecto a los recaudos del año anterior para el mismo periodo, que ascendieron a$7.7 millones.
“Al final de este año se podrían duplicar esos $11 millones, pero con el desarrollo de la industria del cannabis recreacional el gobierno tendría ingresos increíbles. Siempre se habla del cannabis recreacional, pero no he visto un acto afirmativo en esa dirección. Yo estaba segura de que esa era la dirección que tomaría la industria durante el gobierno de Alejandro García Padilla. Yo sabía que ese era el camino por donde íbamos a terminar, pero con el cambio de administración no se ha visto ese compromiso. Este gobierno aprobó la ley y durante este cuatrienio la industria ha crecido y lo estoy reconociendo. Pero no he visto ese compromiso hacia el cannabis recreacional”, dijo Maldonado.
La abogada y experta en los aspectos reglamentarios del cannabis indicó que en el 2016 visitó, junto a otros funcionarios del gobierno local, el estado de Colorado, que había aprobado en noviembre del 2012, junto con el estado de Washington y por medio del voto de los ciudadanos, el uso del cannabis recreacional, lo cual marcó un hito histórico en los Estados Unidos.
“En Colorado se aprobó primero el uso recreacional y luego el uso medicinal. Allá pudimos ver como los recaudos del cannabis se destinaban para las escuelas, para la transportación pública, para las carreteras y para otros usos y siempre se dejaba un porcentaje para la oficina de reglamentación, que es un área muy importante porque debe tener personal suficiente y bien adiestrado y, tecnología para hacer su trabajo. Tú no puedes tener cinco inspectores para 500 dispensarios y un solo oficial examinador para ver las vistas administrativas, cuando estás poniendo multas”, indicó Maldonado, en una crítica directa a la falta de acción de parte del gobierno para aumentar el presupuesto de la Oficina de Cannabis Medicinal.
En Colorado al cannabis medicinal se le impone un impuesto a las ventas del 2.9%, mientras que el cannabis recreacional se le aplican dos impuestos de 15%, que suman una tasa contributiva de 30%: un impuesto a las ventas del 15% y un impuesto adicional de 15%, que se impone al cannabis que vende el mayorista a los detallistas.
Hasta el pasado mes de junio Colorado había recaudado $1,375 millones en ingresos por los impuestos al cannabis medicinal y recreacional desde el 2014, cuando comenzó formalmente la industria a operar en este estado. Colorado cuenta con 2,917 empresas dedicadas a las dos modalidades de cannabis, que generan 41,076 empleos directos.
En Colorado lo recaudos del cannabis se depositan en el Fondo de Pensiones de Vejez y luego, pasado un determinado periodo de tiempo, los ingresos del impuesto sobre la marihuana se asignan de la siguiente manera: el 10 % de los ingresos del impuesto del 15% sobre la venta de cannabis, se asigna los gobiernos municipales de Colorado.
Del restante 90%, se asigna el 71.85% a un fondo que los destina para la atención médica, la educación sanitaria, la prevención del abuso de sustancias y los programas de tratamiento. El 15.56% se asigna al Fondo General del Estado para carreteras y sistemas de transporte público; y el 12.59% va al fondo de escuelas públicas, que se utiliza para renovar o reemplazar las escuelas públicas deterioradas.
“Lo que hay que entender es que el cannabis hay que mirarlo desde una perspectiva económica y salubrista y ambas se deben ver en conjunto. Hace falta el enfoque salubrista porque puede haber gente que hace uso del cannabis recreacional y es posible que lo necesite pero no lo sabe. Hay gente que usa el cannabis para dormir y lo hace porque padece insomnio. Ese es un uso medicinal. Por eso hace falta la educación. Con el encierro que padecimos por el coronavirus, hubo un aumento de la ansiedad entre la gente y eso disparó el consumo de cannabis, porque el cannabis ayuda a controlar la ansiedad”, explicó Maldonado.
Indicó que frente a una futura aprobación del cannabis recreacional, será necesario mantener programas educativos y de orientación por medio de una oficina de fiscalización robusta y con recursos.
“La gente debe saber que el uso recreacional comienza a los 21 años y se debe fiscalizar la industria para evitar anuncios que estimulen el uso del cannabis entre los menores de edad. Y para el cannabis recreacional se deben continuar los requisitos de calidad del producto que se exige en el cannabis medicinal, para evitar que los consumidores reciban productos contaminados con metales pesados o microbios. Yo he analizado los códigos que regulan el cannabis en Colorado y en el estado de Washington, y hay mucha similitud entre lo que se le exige al cannabis medicinal y al cannabis recreacional”, agregó Maldonado.
“Hay que dejar de demonizar el cannabis. Con la experiencia que hemos tenido con el cannabis medicinal hemos aprendido que no es el demonio que se decía. La gente puede ver fríamente la realidad de que el cannabis es conveniente para el estado económicamente y para la salud del pueblo”, concluyó.
En Estados Unidos los estados de Illinois, Washington, Alaska, Colorado, California, Maine, Massachusetts, Oregon, Vermont, Michigan y Nevada. Washington, D.C. permiten la venta del cannabis recreativo, mientras que más de 30 estados aprobaron el uso del cannabis medicinal.