Buenos Aires, 12 nov. (EFE) – El Gobierno de Argentina oficializó este jueves la reglamentación que permite el autocultivo medicinal de cannabis, así como la elaboración y distribución en farmacias de “formulaciones magistrales”, como aceites y cremas.
El texto, que hoy fue divulgado en el Boletín Oficial, establece la creación de un “Registro del Programa de Cannabis”, dependiente de Ministerio de Salud, que autorizará a “los pacientes que acceden a través del cultivo controlado a la planta de cannabis y sus derivados, como tratamiento medicinal, terapéutico y paliativo del dolor”.
En este registro “los pacientes podrán inscribirse para obtener la autorización de cultivo para sí, a través de un o una familiar, una tercera persona o una organización civil autorizada”.
Además, “los pacientes que tuvieren indicación médica para el uso de la planta de cannabis y sus derivados podrán adquirir especialidades medicinales elaboradas en el país, importar especialidades medicinales debidamente registradas por la autoridad sanitaria o adquirir formulaciones magistrales elaboradas por farmacias autorizadas”.
El Estado “brindará colaboración técnica para impulsar la producción pública de cannabis en todas sus variedades y su eventual industrialización para su uso medicinal, terapéutico y de investigación en los laboratorios”, y “la dispensación del producto se realizará a través del Banco Nacional de Drogas Oncológicas y farmacias autorizadas”.
Esta norma supone una reglamentación más amplia a la ley original de 2017, aprobada durante el Gobierno del expresidente Mauricio Macri (2015-2019) con el objetivo de promover “la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta”.
La ley de 2017 contemplaba el uso de la planta solo para los pacientes de epilepsia refractaria, y creó un registro nacional voluntario con el objeto de facilitar el acceso gratuito al aceite de cannabis que, según el decreto del Gobierno de Alberto Fernández, “no se encuentra operativo”.
Hasta ahora la posesión de semillas de cannabis estaba prohibida, con penas entre los 4 y los 15 años de prisión.