Por Revista Crónicas
Sandra L. Jusino Cardona, de 67 años, pasó dos años en silla de ruedas. No porque no pudiera caminar, sino porque el dolor que sentía en sus piernas era tan agudo, que no le permitía pararse. Aun estando acostada en la cama, sentía como si algo metálico le prensara las piernas hasta llegar a los huesos. Estos síntomas, son las secuelas del cáncer.
Sandra está en remisión de Linfoma no Hodgkin, un cáncer que “comienza en los glóbulos blancos llamados linfocitos que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo”, según lo define la American Cancer Society.
En el verano de 2011, fue diagnosticada con este cáncer por lo que tuvo que ser sometida a varias quimioterapias. Aun cuando finalizó el tratamiento, los dolores continuaron. Es ahí cuando una amiga le habló del tratamiento de cannabis medicinal.
“Yo estaba de quimio al hospital, de quimio al hospital. Aturdida por el dolor, por lo mal que me sentía. Ni me pasó [el cannabis medicinal] por la mente, hasta que mi amiga me lo recomendó”, recordó.
Hace dos años comenzó el tratamiento de cannabis medicinal para aliviar los efectos del cáncer y de la artritis.
“Pasaban semanas y yo no dormía, porque el dolor era tan fuerte que se me hinchaban las manos. Ahora con el cannabis medicinal lo menos que duermo son seis horas y me alivia el dolor de un día para otro”, relató Sandra, quien ahora puede caminar hasta cinco millas.
Otro paciente que ha recibido este tratamiento es Luis A. Rodríguez Rivera, de 66 años, quien fue diagnosticado en 2010 con Mieloma Múltiple, por un tumor alojado en la columna vertebral.
Luis se trató por un año con cannabis por el dolor y el adormecimiento que siente en el cordón espinal.
“Casi no duermo por el dolor y el adormecimiento. Mi adormecimiento es como si se me quemara de la planta de los pies hasta la cintura”, describió. Luego del tratamiento, ha experimentado algún tipo de mejoría y recomienda el tratamiento a otros pacientes.
“Cada cual tiene derecho a tratar sus dolencias y yo entiendo que el cannabis medicinal es una opción”, dijo.
La hematóloga y oncóloga Yelitza Ruiz Candelaria, una de los médicos autorizados para recomendar cannabis medicinal en la isla, explica que el cannabis medicinal es una “excelente herramienta para el paciente de cáncer” ya que dependiendo la necesidad del paciente puede ayudarle a manejar el dolor, aumentar el apetito, dormir mejor, ayudarle con neuropatías, reducir dolores crónicos en general y mejorar su calidad de vida.
El cannabis medicinal puede ser combinado con la quimioterapia, la radioterapia u otros tratamientos para combatir el cáncer.
“Un paciente que comience con cannabis medicinal no debería dejar su tratamiento convencional con su oncólogo”, afirmó la doctora del Centro Oncológico Integral de Puerto Rico, en Bayamón.
Ruiz Candelaria destacó la importancia de adquirir el cannabis medicinal en los dispensarios y no en lugares externos ya que no poseen la misma calidad.
“[En el dispensario] crecen en un ambiente totalmente controlado para evitar contaminación con bacterias u hongos que pudieran poner en riesgo la salud del paciente. Además de que utilizan ciertas cepas de plantas específicas con las concentraciones del componente activo que requiera el paciente”, abundó.
A pesar de los múltiples beneficios que los pacientes experimentan al recibir el tratamiento de cannabis, entre algunos de ellos se interpone un obstáculo: la barrera económica.
Los planes médicos no cubren el cannabis medicinal y “casi siempre, cada una de las presentaciones vale aproximadamente entre $40 y $60. Muchas de ellas se combinan por lo que el paciente pudiera estar gastando entre $150 a $300 mensuales”, concluyó la oncóloga.