Buenos Aires (EFE) – Un movimiento cada vez mayor formado por médicos y pacientes de todas las edades y que va camino de convertirse en un “tsunami imparable” en Argentina: es el caso del cannabis terapéutico, una sustancia encargada de “llenar un espacio que no están completando otros medicamentos”.
“Es un movimiento muy importante. Te diría que es un tsunami, porque es imparable”, aseguró a Efe este viernes Alejandro Guillermo Anderson, neurólogo y especialista en cannabis medicinal, durante la primera gran feria dedicada a esta planta en Buenos Aires.
El evento, que congregó a decenas de especialistas tanto nacionales como extranjeros, reunió a miles de personas interesadas en los usos medicinales de este cultivo, capaz de tratar patologías como la epilepsia, el párkinson o incluso el autismo.
“El cannabis medicinal viene a llenar el espacio que no están completando otro tipo de medicamentos. Hay una lista de aproximadamente 40 enfermedades que se pueden tratar con cannabis medicinal”, afirmó Anderson.
El público asistente a la Expo Cannabis, que duró todo el fin de semana, fue de lo más variado: jóvenes de todo género y condición, padres en compañía de sus hijos, pero también ancianos y ancianas, que exponían al doctor sus dudas sobre cómo y cuánta dosis tomar de esta sustancia para paliar sus dolencias.
El interés por el cannabis medicinal no es nuevo en Argentina: ya en el 2017, el Congreso promulgó una ley que permite el uso de esta planta con fines terapéuticos para ciertas enfermedades crónicas, aunque su cultivo particular sigue sin estar permitido.
De hecho, en febrero de este año el Gobierno del país suramericano habilitó el primer centro para elaborar cannabis medicinal en la provincia norteña de Jujuy, dedicado a la realización de estudios científicos, medicinales y terapéuticos.
“Como endocannabinólogo, yo atiendo a los pacientes que quieren informarse sobre el cannabis medicinal. Muchos acuden a la consulta ya tomándolo, por lo que, en cierto sentido, más que indicárselo nosotros les acompañamos en el tratamiento”, puntualizó el doctor.
Entre los interesados estaba Francisco Pérez, de 32 años, que llegó acompañado por un amigo y su hermano desde La Plata -capital de la provincia de Buenos Aires- para saber más sobre las aplicaciones medicinales del cannabis y acabó fascinado por la magnitud de la feria.
“Vinimos más por el tema de la salud y nos quedamos acá mirando todo esto, que es una barbaridad. Al final nos encantó”, destacó a Efe.
Con todo, la feria no versó únicamente sobre medicina y también apeló al público que consume cannabis por ocio, con multitud de talleres dedicados al cultivo y más de 70 expositores con infinidad de accesorios, pese a la prohibición de vender cualquier tipo de sustancia o semilla de la planta en cuestión.
Para Jorge, uno de los vendedores de Smoking, una firma especializada en papel de fumar y accesorios para cigarrillos, la exposición tiene lugar en “un momento ideal para que la gente vaya tomando conciencia de lo que es el cultivo” de esta planta.
“Vemos mucho interés, la gente hace muchas preguntas, quiere aprender… Hay mucha concurrencia. Eso da la pauta de que la cosa va por buen camino, ojalá termine bien”, dijo.
En este sentido, lo que más le sorprendió fue la enorme afluencia de ancianos, lo que, en su opinión, demuestra que ya se está quitando ese “manto de vergüenza” en torno al cannabis.
En cualquier caso, esta feria supone apenas un primer paso en la ampliación del uso medicinal de la planta, actualmente limitado en Argentina al tratamiento de la epilepsia refractaria.
“Creo que, tarde o temprano, se va a legalizar y se va a autorizar una lista sumamente importante de patologías que se pueden tratar con cannabis medicinal. Es cuestión de tiempo, y seguramente de no mucho tiempo”, sentenció el doctor Anderson.